viernes, 30 de septiembre de 2011

ENTRE DOS MODELOS DIABOLICOS


"La semana pasada me encontré en el aeropuerto con un colega que había trabajado conmigo en el Ministerio de Finanzas y ahora es presidente de un gran banco. Hablamos de la crisis de la zona euro y me dijo: 'Después de todas estas conmociones políticas y económicas que estamos pasando va a ser muy raro que en los próximos diez años podamos escapar sin una guerra, así que estoy pensando en sacar la green card para mis hijos y emigrar a Estados Unidos". El relato corresponde al ministro de finanzas polaco y lo exponía el pasado día 14 en el Parlamente europeo. Era recogido en un artículo por el diario El País. Seguramente representa el pesimismo extremo que una parte de la sociedad siente sobre el futuro de Europa. Decir que es excesivo y bla, bla, bla, no es mucho más sensato que la visión pesimista. 

Explicar donde nos encontramos es un poco más sencillo, y también aventurar de que depende la salida. No estamos ante una crisis de ciclo que se solvente por un reajuste entre oferta y demanda. La deuda acumulada en las economías desarrolladas fue en gran parte destinada a compensar el modesto incremento de la participación de los salarios en el crecimiento del PIB, y se destinó a financiar el consumo incrementando el valor de los activos. Ahora los activos se deprecian, los acreedores quieren que el dinero les sea devuelto, y ocurre en un momento en el que no hay forma material de generar una expectativa razonable de que los deudores puedan hacer frente a las deudas. Se trató de romper la dinámica bajista a través del gasto público y de intentar frenar el deterioro del precio de los activos. Y se sigue intentando, pero no ha funcionado y la situación es grave. Lo es más en Europa, porque los bancos están en atrapados en un mar de deuda soberana que ahora se ha convertido en una bomba. Ni en las peores pesadillas pensaron los bancos tener problemas con la deuda soberana, y ahora los hay, y son tan serios que amenazan la existencia del euro. Si un país no atiende a sus obligaciones, lo puede hacer cualquier otro. Aquí radica el enorme peligro en el que ahora vivimos. Se está tratando de cerrar un círculo que permita cortar la propagación, y eso exige un compromiso que algunos países no quieren, o no pueden asumir. El tiempo es limitado, y sin embargo la solución compartida no aparece. Alemania no acaba de aceptar que tiene que pagar una parte considerable de la cuenta, y sin una solución del tipo “caja única” que según versiones puede ir desde un EFSF reforzado a los eurobonos, parece muy difícil que el fuego griego no se propague.

No conviene engañarse. Se está pidiendo a Alemania que se eche a Europa sobre los hombros y no será fácil, y desde luego no parece que vaya a ser rápido. Pero Alemania tendrá que elegir entre dos modelos diabólicos. O acepta el peso que cree injusto soportar y Europa se salva a cambio de someterse al modo alemán, o renuncia por dejación y/o cansancio liberando los viejos fantasmas del nacionalismo europeo hasta ahora soterrados bajo pesadas losas de años de instituciones y política común. Es una elección clara, pero difícil, y el discurso que en defensa del euro hizo la Canciller alemana es alentador. Sin embargo, nos estamos quedando sin tiempo, y la amenaza ya se siente demasiado cerca como para ocultarla o negarla.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

LA REINTRODUCCIÓN DEL MARCO ALEMAN



Extracto del Newsletter de Pippa Malmgren (Septiembre 2011)

Sus argumentos en detalle en:  http://www.pippamalmgren.com/77.html

Aviso: No estamos ante un charlatán. Estamos ante una personalidad de las finanzas.

News to expect in the coming days and weeks:
  • Greece defaults
  • Germany protects German banks but other countries cannot do the same thus quickly provoking multiple sovereign defaults and or bank failures, all of which may easily lead to a payments crisis in the global banking system. Derivatives are particularly at risk in terms of operation and execution.
  • The Euro falls in value especially against the US dollar
  • The Germans announce they are re-introducing the Deutschmark. They have already ordered the new currency and asked that the printers hurry up.
  • The Euro falls even more on any news that Germany is withdrawing from the Euro. 
  • Legal wrangling begins as to the legality of Germany’s decision. Resolution takes years.
  • Germany insists that the Euro continues to exist even they do not use it any longer. They emphasize that European unification will continue and suggest new legal instruments to strengthen European Unification including new EU Treaties.

martes, 27 de septiembre de 2011

DONDE HAY QUE MIRAR


Reconozco que hay temas que no me agradan. Una de las cosas que menos me gusta es cuando tengo que argumentar a favor de temas que no habrían de necesitar defensores.  Mi rechazo procede de  la convicción  de que si hay que defender algo que no precisa defensa es que, en el fondo, los argumentos que hay que combatir son pobres, dirigidos por la manipulación, interesados, y con pretensión de ocultar la verdad o distraer la atención.  No me apetece perder el tiempo discutiendo evidencias, y reconozco que no tengo paciencia para enredarme en debates en los que la manipulación de los conceptos, o la defensa de intereses bastardos, son evidentes. Lo que seguramente me ocurre es que  no tengo madera de héroe, y sospecho que nunca me pondría frente a un público escéptico al que tratar de convencer de que el emperador va desnudo, y desde luego no frente al edecán del emperador que con vehemencia, incluso con amenazas, me describiese los maravillosos bordados de su traje. Definitivamente no soy un héroe.  Sin embargo, y  no sin esfuerzo, he aceptado el encargo de escribir sobre los mercados, sobre su supuesto carácter de nido de víboras  que se alimentan de sangre y sudor humano.  Ayer y hoy de los griegos, pero mañana cabe que también del nuestro.

No recuerdo haber votado nunca a Felipe González, pero sí recuerdo perfectamente qué hacía y con quién estaba cuando, en octubre de 1982,  arrasó en las elecciones generales y  la ilusión que me provocó aquella victoria. Era entonces un estudiante universitario, y no sospechaba que más de una década después aborrecería profundamente aquellos  años de su último mandato empapados de corrupción y manipulación.  Lo señalo así, porque vuelve a gustarme escuchar a Felipe. Su posición le permite decir lo que le de la gana, y  solo a  personajes como Felipe la sociedad escucha y permite hablar sobre desnudeces, que se convierten en titulares, aunque muchas veces, no se haga  precisamente el titular de la parte más interesante de su discurso, sino de la parte que más vende. Por eso a estos personajes, conviene escucharlos en vivo, después leerlos, y por último, muy por último, atender a los titulares que generan.

Hace unos días,  Felipe González acudía a la presentación de un libro de Jose Ignacio Torreblanca sobre la fragmentación del poder en Europa. En plena crisis de deuda soberana, con la reforma constitucional recién aprobada,  y lloviendo torrencialmente sobre nuestras cabezas, Felipe González reconvenía a López Garrido, y nos acusaba como españoles de memoria frágil, y nos recordaba que Europa “no impone nada. No estamos haciendo lo que nos impone Europa,  hacemos lo que queremos hacer, y si lo hacemos es porque creemos que nos conviene, no porque nadie nos lo imponga.   Me gustó escuchar esto, porque de tanto tratar de encontrar culpables sobre los que expiar el dolor social que provoca la crisis,  llega un momento que los acusadores se sienten lo suficientemente valientes para girarse en cualquier dirección levantando el dedo contra aquel que tenga pinta de ser sospechoso. Y los demás, aun conociendo que no puede acusarse a quien hasta hace un instante fue un instrumento útil, se callan y doblando la cerviz, agradecen que la culpa sea de otro. Si de ese otro he sacado provecho mientras las circunstancias lo permitieron y ahora aparece como culpable, mis posibles culpas aparecen así redimidas.

Del mismo modo que González recuerda que estamos donde estamos por Europa, y que si aceptamos lo que aceptamos lo hacemos porque nos conviene y no porque nos lo impongan, lo mismo ocurre con los mercados financieros. No nos gusta la extrema derecha que empieza a dar síntomas de encontrar un espacio en las sociedades avanzadas del norte de Europa, del mismo modo que no nos gusta la política de los filoterroristas del sur, pero, si queremos aceptar que vivimos en una sociedad democrática, tenemos que aceptar que existen disfunciones que, aprovechando las instituciones de las que nos servimos para el progreso económico y social,  generan algunos monstruos a los que solo podemos combatir con la ley, con la razón y el conocimiento.

Las organizaciones complejas como es la sociedad moderna, siguen necesitando de explicaciones sencillas, pero no siempre las explicaciones sencillas son posibles. Los mercados financieros son mecanismos complejos, y los que vivimos en sus inmediaciones sabemos que distan mucho de ser mecanismos perfectos. Y no solo no son perfectos, sino que se parecen muy poco a lo que la sociedad entendería como lugar donde hay un equilibrado reparto de justicia. Los mercados están concebidos para que sean útiles, no justos, y para que contribuyan al desarrollo de la sociedad mediante una adecuada reasignación de riesgos.  Cuanto más compleja y más avanzada es la sociedad, más complejos son también los riesgos que ha de gestionar, y por lo tanto más exigente es con sus mercados financieros.  Estos responden diseñando productos  que  pretenden atender a la demanda de seguridad que exige la sociedad.  Para estimular su creatividad se permiten mecanismos de recompensa, que en situaciones de crecimiento son escasamente cuestionadas, pero que en situaciones de crisis, y en particular en una tan aguda como la que padecemos, son objeto de señalamiento y de acusación, acudiendo en muchos casos a verdades comunes que en poco ayudan a entender lo que nos ocurre y, por lo tanto, nos mantienen alejados de la solución.

No querer entender los mercados va en beneficio del reducido grupo de monstruos que lo habitan.  Son monstruos que se precisan para asumir la parte de riesgos  que otros no están dispuestos a soportar, y su actividad ha de estar estrechamente vigilada y regulada.  La sociedad los precisa para desprenderse de riesgos indeseados, pero al tiempo los teme, porque en el ejercicio de su actividad son capaces de generar un riesgo que va más allá del que absorben y que con esta crisis ha pasado de los libros de texto a la realidad cotidiana, y que conocemos como riesgo sistémico. La actividad de estos monstruos se concentra en una parte pequeña de los mercados financieros, quizá no mayor del 10% del conjunto, pero que tienen una considerable capacidad de generar energía, de modo que llevan a confundir el todo con la parte.  Atienden al requerimiento de fuerzas anticíclicas, que ayuden a garantizar el rendimiento del ahorro en situaciones de adversidad. Nadie quiere que su compañía de seguros, o su fondo de pensiones, o su fondo de inversión se vea arrastrado a incumplir con aquello que comprometen. Para que cada día nuestro sistema de libre mercado funcione, y ofrezca lo que la sociedad le demanda en sus múltiples formas, es necesario que otros se vean estimulados a asumir los riesgos que nosotros no deseamos. Cómo, si no, podríamos comprar o vender valores de cualquier tipo, en cualquier cuantía y en cualquier momento, u obtener rentabilidad de nuestro ahorro para compensar la inflación, o encontrar una compañía dispuesta a asegurarnos de enfermedad, o de vida, o garantizarnos una renta en el caso de  jubilación o de un siniestro de cualquier índole, u ofrecernos un crédito cuando queremos adquirir una vivienda o iniciar un negocio.  Los mercados financieros son el gran supermercado en el que compramos y vendemos cada día, y alguien ha de estar allí para hacer de comprador cuando queremos vender y de vendedor cuando compramos.  Decir que los mercados nos llevan aquí o allá cual peleles, y que son ellos los que imponen lo que la sociedad ha de hacer, es una estupidez, no menor que decir que lo que hacemos se nos impone desde Europa.  La sociedad decide acerca de los mecanismos de los que se dota, y cuando estos mecanismos son complejos, tiene que exigir a sus gobernantes una adecuada regulación, y  ofrecer a sus ciudadanos una adecuada formación.  Si hay algo que nos diferencia para bien de las economías emergentes a las que ahora admiramos, envidiamos y tememos, es que disponemos de mecanismos de seguridad que en gran medida descansan en la tupida red de los mercados financieros. Es algo propio de nuestra sociedad avanzada, y algo de lo que ellos carecen y aspiran a replicar. 

Lo peor que puede ocurrirnos, es que los que nos gobiernan, se acomoden en comprar la mercancía de los falsos profetas que nos advierten de la maldad intrínseca de los mercados financieros, y que lejos de regular para estimular su adecuado funcionamiento, pretendan imponer una “camisa de hormigón” sobre su núcleo más caliente, haciendo ver que con ello, se anulan y corrigen las conductas no deseadas de los monstruos que, en una sociedad avanzada que exige de gestionar sus riesgos, necesariamente han de habitar en los mercados financieros.

Lo que me sorprende de esta crisis es que, a pesar de cómo se sataniza a los mercados financieros, apenas solo los islandeses han puesto el dedo sobre los que por acción u omisión permitieron que los monstruos dominaran el sistema, contaminándolo hasta destruirlo. En ningún otro sitio más.   No son los mercados, son algunos de sus actores, con la complicidad activa o pasiva de los reguladores los que,  movidos por incentivos perversos, los destruyen, arrasando vidas y bienes.Yo,  miraría ahí.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

NO SOMOS GRECIA...NI ECUADOR

El FMI ya no es lo que era. De aquellas políticas exigidas a sangre y fuego, cuando era momento de ser impuesto su cumplimiento a los países pobres, hemos pasado a una diplomacia casi exquisita cuando de lo que se trata es de reprender a los fuertes. Dicen las malas lenguas que, en el proceso de negociación con Grecia, sus delegados han llegado a ser expulsados a cajas destempladas. Quién sí lo hizo, en este caso con los representantes del FMI y del Banco Mundial, y no para recibirlos poco tiempo después, fue el actual Presidente de Ecuador, quien llegó a la primera magistratura de la nación en 2007 utilizando el concepto de deuda ilegítima y argumentando que en su orden de prioridad, primero se situaría la educación y la sanidad, y después, si sobraba dinero, se atendería el servicio de la deuda externa. “Primero la vida, después la deuda” sentenció.  

Pero Europa no es Ecuador, ni Grecia parece siquiera tentada a permitirse ese lujo, entre otras cosas, porque sus magnitudes de deuda en nada tienen que ver con las del peor Ecuador. Atendiendo a lo que señala en su informe de agosto el banco central ecuatoriano, el total de su deuda externa pública y privada supone ahora el 22% del PIB. En 2007 el 30%. En el recorte hay una jugada malvada, del tipo de la que alguno ha sugerido recientemente que efectúe Grecia. Pero incluso en las proporciones más altas, a ver quien es el valiente que hoy se atreve a decir que los porcentajes de Ecuador serían ahora considerados un problema. Sobre todo estos días, que ha sido cuando hemos tenido oportunidad de recordar, de mano de un reciente informe del BIS que han recogido algunos medios de comunicación, que en las economías desarrolladas, los porcentajes de su deuda superan ampliamente los tres dígitos, multiplicados después por 2, por 3 y hasta por 4, y que por cierto, sitúa a España en un poco glorioso cuarto lugar mundial, con en un nivel de deuda total del 355% del PIB.  

Es sabido que cuando debes poco tienes un problema, pero cuando debes mucho, el problema es del acreedor. Es posible que las exquisitas formas actuales del FMI, en las que algunos encuentran un punto de inocencia y que incluso relacionan con el acceso al cargo de máxima responsabilidad de una mujer, tengan menos que ver con esto y más con el nivel de deuda y la dimensión de las consecuencias si alguno decidiese hacer algo parecido a Ecuador. Por si las tentaciones, hubimos de colocar el servicio de la deuda en primer nivel, que es lo que se ha hecho con nuestra reforma Constitucional, y detrás de nosotros vendrán otros, que por eso Alemania se ha empeñado tanto. Seguro que para proteger a sus bancos, pero también porque es posible que ya sepa que no le queda más remedio que ayudar. Con tiempo, que después de dinero, es de lo que menos tenemos. Señalo esto, porque el FMI decía ayer que si creciésemos lo previsto por el Gobierno, cumpliríamos con el objetivo de reducción de déficit. Y si mi abuela tuviera ruedas…

martes, 20 de septiembre de 2011

LOS BRIC Y EL DOLAR. Por Alberto Pazos

Del magnífico comentario de Alberto Pazos en www.omegaigf.com, me permite el autor extraer algunos de sus apuntes para que podamos tomar conciencia de lo que está ocurriendo, en su relación con el dólar, en divisas tan importantes en Latinoamérica como el Real Brasileño y el Peso Mexicano.   

"La falta de acuerdos concretos en el Ecofin del pasado fin de semana, ha vuelto a acentuar en los mercados la toma de posiciones consideradas de menor riesgo. En los mercados de divisas, el principal demandado está siendo el dólar, que no sólo recupera posiciones con respecto al euro, sino que también lo hace con respecto a otras monedas como el real brasileño y el peso mexicano. El real cedió ayer cerca de un 4% frente al dólar, registrando el mayor descenso desde julio de 2010, y llevó la cotización frente al dólar a niveles de 1,80 Usd/Brl, lo que supone mínimos de los últimos 14 meses. El peso mexicano cedió cerca de un 1%, hasta la zona de los 13,20 Usd/Mxn. Otras divisas de la zona, como el peso colombiano y el sol peruano, también registraron pérdidas con respecto al dólar, mientras que el peso chileno se ha mantenido ayer sin cambios, al ser jornada festiva en Chile. Las cesiones de ayer se suman a las registradas en las últimas semanas, que en el caso del real acumula desde inicio de mes un 13% de depreciación frente al dólar, mientras que en lo que llevamos de mes el peso mexicano cede cerca de un 7% y el peso chileno acumula un descenso de un 4% frente al dólar. A modo de referencia, el euro acumula en el mismo periodo un descenso del 5%. A las dudas derivadas sobre la situación fiscal en la eurozona, se suma el temor a una desaceleración económica en Estados Unidos, lo que afectaría negativamente al crecimiento de estos países, en especial México y Brasil. Ante este riesgo las autoridades monetarias brasileñas decidieron recortar los tipos de interés el pasado día 1 desde el 12,5% al 12%, lo que podría alentar a otros países de la zona y podría favorecer la salida de capitales de la región. 

Vinculándolo a la crisis europea, señala:  "el presidente del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y según declaraciones publicadas en Valor Económico -principal diario de negocios de Brasil-, señala que algunos países BRIC ya están comprando deuda europea a través del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. Estas compras suponen en el caso de Brasil, además de una diversificación de sus inversiones al invertir en un fondo “AAA”, una oportunidad para incrementar su rol en la política exterior y, según algunas fuentes, las cuantías que Brasil podría destinar a estas compras no superarían los 9.000 millones de dólares, frente a los 350.000 millones de dólares que posee de reservas, y se realizarían a través de un fondo soberano. La compra de deuda europea por parte de países BRIC podría ser analizada en los próximos días, bajo el paraguas de las reuniones del G-20 y FMI que se celebran desde ayer en Washington."

domingo, 11 de septiembre de 2011

SALVAR EL EURO


Si el euro tiene que superar esta etapa, es porque analizadas las alternativas, el coste de cualquiera de ellas es mayor. Si aceptamos esto, que es algo en lo que incide un reciente informe de UBS, solo un evento fuera de control del conjunto de la UME, como sería una declaración unilateral de abandono, tiene oportunidad de abrirse espacio creíble y por ello posibilidad de ser “comprada” por los mercados. El viernes, el rumor de un inminente anuncio de suspensión de pagos de Grecia y su abandono del euro, seguido del anuncio alemán de estar preparando un plan para rescatar a sus bancos en el evento de una suspensión griega, aumentó en mucho la preocupación. Y eso es porque más allá de los números, no resulta imposible aceptar que en una situación límite, un gobernante pueda tomar una decisión no respaldada por este tipo de cuentas. A pesar de todo, habremos de convivir un tiempo con esta amenaza de ruptura del euro, que aunque resulte inaceptable económicamente tanto para deudores como para acreedores, no tiene modo de ser definitivamente apartada, al menos durante las semanas precisas para que acabe de definirse la forma en la que la deuda soberana griega va a ser renegociada.

El euro se depreció con fuerza. Cuando el pasado lunes mencioné lo inmediato que percibía un ajuste, señalé lo paradójico de su comportamiento en agosto. No entré entonces en relatar las causas. Esencialmente están vinculadas a la operativa bancaria. La amenaza de una suspensión griega pende sobre la banca europea, y esto exige una importante recapitalización del sistema financiero. Es lo que opina el FMI, y negar esto es una estupidez. Al fin y al cabo los bancos europeos se comportaron hasta hace muy poco tiempo asumiendo que ningún país de la EZ podía suspender pagos en su deuda soberana. Ahora ya se sabe que sí, que esto no solo es posible, sino probable. Como consecuencia los bancos europeos ni prestan, ni encuentran quien les preste. Hasta que esta posibilidad no fue tan evidente, aprovecharon sus subsidiarias fuera de la EZ para endeudarse, al modo que lo hacen las multinacionales españolas que no encuentran crédito aquí, pero si en Brasil, por ejemplo. Lo hacían en divisa, que era vendida para comprar los euros que necesitaban. El euro transmitía así la falsa sensación de aguantar el envite. Ahora, las circunstancias cambian y el dinero que sale, ya no es compensado, y el euro se viene abajo.

No es sencillo aventurar lo que va a pasar, pero no es difícil imaginar que los mercados de crédito continuarán cerrados, es decir, que la financiación del sistema financiero habrá de venir vía bancos centrales, y es posible que eso acentúe el descenso de demanda de euros. Van a ser semanas, en las que mientras los líderes políticos estarán buscando la forma en que mejor digerir la incapacidad de pago de Grecia, los bancos centrales van a tener que sostener el sistema de un modo similar al que han venido haciendo, pero con una intensidad hasta ahora desconocida. La dimisión el viernes del economista jefe del BCE es una clara señal de que la institución hará lo que sea para salvar el euro. Es la solución más económica, y seguramente la única, y probablemente la mejor.

lunes, 5 de septiembre de 2011

EURUSD: EN MANOS GRANDES


Los máximos y mínimos del EURUSD de la semana pasada prácticamente representan los extremos de un rango en el que lleva la cotización tanto tiempo, que las medias móviles de 20, 50 y 100 días son 1,4358, 1,4322 y 1,4364. Teniendo en cuenta que 100 días hábiles son cinco meses, y que la media móvil de 200 días es 1,4008, habrá que empezar a pensar que algo raro acontece en los mercados de divisas, porque la estabilidad no puede venir explicada por la ausencia de aconteceres políticos y económicos de todo tipo. Pero no dedicaremos espacio a exponer nuestra opinión sobre esto, sino a tratar sobre si continuará. Esta especie de congelación que afecta al EURUSD, tiene la ventaja obvia de la estabilidad, pero tiene también un grave inconveniente, y es que deja de responder a cualquier tipo de correlación estadística que pueda servir de guía para pronosticar su posible evolución. Ahora ni correlaciona con los mercados de renta variable, ni con los precios de las materias primas, ni con los diferenciales de tipos de interés, ni con índices de solvencia de la deuda soberana, ni con nada. Simplemente parece que está en hibernación.

Pero despertará. Muy rara vez ha pasado más tiempo del que ahora lleva hibernando. En que sentido saldrá y con que fuerza es la pregunta para la que querríamos tener respuesta. Los últimos intentos, muy amparados en un análisis técnico, que aunque mutando, sigue advirtiendo de un viaje con destino en los 1,50-1,60, han sido precisamente buscando ese horizonte. Esta pasada semana hemos tenido valores de 1,4550 y 1,4533 como máximos el lunes y el martes, valores que de ser superados hubiesen abierto brecha. Sin embargo, la semana terminaba marcando un mínimo en 1,4183 y con un sesgo claramente bajista, es decir, favorable al dólar. Justo el día en el que sabíamos que una economía como la norteamericana, que precisa crear al menos 150.000 empleos mensuales para igualar el crecimiento de su población activa y evitar, al menos, el incremento de la población sin empleo, creaba cero empleos, o sea, nada. La renta variable se iba abajo con fuerza, los tipos a largo también, pues recogen lo que sale de la renta variable, y paradójicamente el dólar se refuerza. Y la información de que disponemos es que las compras de dólares proceden de lo que en el mercado se llaman “manos grandes”, es decir, cuentas en las que la unidad de acción son 1.000 millones, importe conocido en la jerga como una yarda.

Lo que está ocurriendo en Europa, que nos pone cada vez más frente a hipótesis de ruptura del euro, la proximidad del relevo del actual presidente del BCE, la revisión general de pronósticos sobre crecimiento, y sobre todo, los síntomas cada vez más evidentes de una nueva glaciación crediticia del tipo que se produjo hace dos años, hacen que la probabilidad de una pronta salida del EURUSD de su estado en hibernación esté subiendo mucho, y de que lo haga en dirección favorable al dólar, también. La reducción de saldos líquidos en la banca europea, y el aumento en los norteamericanos, hace este pronóstico más verosímil.

jueves, 1 de septiembre de 2011

CUANDO “COMO” IMPORTA MAS QUE “DONDE”


Tras leer en el comunicado del MEH la evolución del presupuesto en los siete primeros meses del año, queda claro que el Gobierno se apaña para ajustar lo necesario en los gastos, y que asiste a como se reducen los ingresos. Aún así, las cuentas indican que todo se está focalizando hacia cumplir lo prometido.

¿Se cumplirá con el 6%?

Si no es llamativo el exceso, puede ser menos relevante tras la reforma constitucional y el apoyo que suponen las compras de deuda del BCE, y que, ojo, esteriliza. Quiere decir que lo que inyecta comprando, lo retira en operaciones de drenaje del sistema financiero, en lo que resulta una operación de mero intercambio en la que lo que se altera es el reparto de liquidez. No es muy importante ahora que, por desfortuna, vuelve a secarse el mercado interbancario, pero tampoco es una fórmula que pueda funcionar mucho tiempo. No es tampoco una operación barata, y desde luego es una operación de riesgo.

Parece que la FED va a hacer algo parecido, comprando títulos de largo plazo y vendiendo de corto, de modo que tire hacia abajo de los tipos a largo y suban los cortos. Esto se está volviendo cada vez más complejo de entender y de explicar. Será algo similar a QE2 pero sin engordar más el balance de la FED, que está de papel a rebosar. Siendo así, tendrá menos impacto, es decir, será manos eficaz, pero parecerá más limpio.

En la esperanza de que liquidez no falte, los mercados se van apañando para mantener la cabeza fuera del agua. Lo mismo que el EURUSD, que si se mueve menos parece de cartón piedra. Y mientras, se admira la sabiduría de inversores como Buffett, que compra 5.000 mill de dólares de acciones de BoA. Desde entonces subió un 17%. En ese universo que es Twitter, siempre hay alguien en el secreto. Realmente WB compró acciones preferentes con un cupón del 6% anual y cancelables a voluntad de BoA pagando un 5% de prima. Incluido en el trato hay 700 millones más en warrants (opciones de compra) sobre acciones ordinarias con strike de 7,14$. Así visto, suena menos patriótica la inversión en una entidad que no acaba de digerir lo que tuvo que comprar en 2008 y 2009.

Refuerza esto la idea de que estamos más en tiempos del “como”, que del “donde”.