Publicaba el pasado fin de semana el diario El País un artículo titulado ¿Por qué Berlín ataca a España? Según se refleja en el artículo, la agencia Reuters denunciaba que el 7 de junio, dos funcionarios alemanes comunicaron a la agencia que España estaba preparando la petición de ayuda del fondo de rescate que la UE creó –sin demasiados detalles- el fin de semana del 9 de mayo. Al intentar verificar la noticia, Reuters recibió un desmentido tajante de las autoridades españolas, y decidió no publicarla. Sin embargo, si se hicieron eco en la prensa alemana. Fueron los días más difíciles de la banca española hasta la fecha. El miedo se reflejaba en los índices de renta variable, en los diferenciales de deuda, en los CDS´s, o en el euro. Todos indicaban valores extremos.
El 9 de junio, este comentario, fue una crónica. Se titulaba “Apenas 24 horas”. Ese día, llovía en Madrid. Al finalizar un almuerzo, en plena Castellana y protegidos por dos paraguas, tres muy conocidos economistas junto a quien esto escribe, discutían más acaloradamente de lo que nunca había llegado a imaginar que sería testigo. Uno de ellos es un extraordinario conocedor del día a día del sistema financiero español. La tensión alcanzada en aquella discusión eliminaba cualquier duda sobre la gravedad de las circunstancias que nos estaban tocando vivir. El argumento que desencadenó el clímax de tensión, fue la situación del sistema financiero alemán; “en quiebra desde 2001” afirmó contundente uno de ellos.
Es muy probable que coincidiese con el momento a partir del cual el Gobierno español decidió pasar a la ofensiva. Respaldado por el Banco de España, el presidente del Gobierno culminaba ayer en el Congreso lo que hasta el momento ha sido su jugada de más éxito frente a los mercados: forzar la publicación de los resultados de las pruebas de esfuerzo de la banca europea. Según anunció, van a ser publicadas en la segunda quincena de julio, algo que fue acordado, según manifiesta, en el Consejo Europeo del 17 de junio. Aunque es posible que la historia nos acabe revelando matices, el órdago español puede haber comprado tiempo para España, pero quizá a cambio de haber revelado la desnudez del emperador alemán. No me caben demasiadas dudas de la fuente de inspiración del Gobierno y del diario El País. Los argumentos que se exponen son de peso. No nos hace esto mejores, ni tampoco nos reabre las puertas que a partir de la fatídica semana del 7 de junio, se nos cerraron. La gran noticia sería que las pruebas de esfuerzo respaldasen a nuestros bancos, y que como apunta en su blog otro gran economista español, fuesen origen de buenísimas noticias, de modo que “con un poco de suerte, no sea demasiado tarde para España”