Mientras el euro/dólar dormita, el resto del mundo sigue envuelto en particulares batallas cambiarias, con Japón, Suiza y Brasil como primeros protagonistas. Eso permite que ocasionalmente las crónicas hablen de “guerra de divisas”, término que suena algo hueco desde la eurozona. Dólar y euro representan juntos cerca del 80% de las divisas del mundo. Su estabilidad aparente es menos sólida si se atiende a la relación de ambos con el oro. Gusta interpretar a algunos que no estamos ante un alza del oro, sino ante el desplome de la confianza sobre el papel moneda, expresión máxima que caracteriza a un sistema fiduciario. Si hay, o no, razones objetivas, es asunto complejo y delicado. Lo que si parece es que la estabilidad entre las dos grandes divisas a la par de su fuerte depreciación frente al oro, advierte de que importantes pilares del sistema lejos de funcionar, precisan atención.
Es en este terreno de oro frente a papel y no en papel frente a papel donde radica la más importante batalla de divisas. Cuando el oro baje, regresaremos a la batalla del papel, no antes. Por eso que una ruptura del euro, o su abandono,…¿para qué?
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