No es extraño que los mercados corran como pollos sin cabeza. El Ibex se deja el viernes los dientes en el parqué, incluso después de que el Gobierno anunciase lo que medios políticos y económicos han denominado "el recorte de derechos sociales más importantes de la historia de nuestra democracia". Golpe de timón en España, pero solo después de que los dos principios básicos de la Unión Económica y Monetaria Europea hayan sido dinamitados. ¿Cuales son? Seguro que los conoce. El primero, que los países miembros han de ser responsables de sus propias finanzas. El segundo que el BCE solo es responsable de la política monetaria. Ambos han sido ampliamente revasados.
La Unión Monetaria se ha salido de la autopista y ahora circula a oscuras por campo abierto. Muchos son los pasajeros que están saltando de sus vehículos a la mínima oportunidad, y más velozmente de aquellos que se supone que pueden estar más averiados. No nos extrañemos que sea el caso de España. Le siguen otros, pero basta un vistazo al ranking de los índices bursatiles europeos al cierre del viernes, y se puede tener buena idea de que vehículo saltan más atropelladamente los pasajeros.
Quizá por vivir en la oscuridad permanente, algunos responsables políticos pueden no ser conscientes de que el euro, que es la expresión final del vehículo común, ha abandonado sus principos fundacionales. Puede entenderse que desde Estados Unidos, figuras respetadas como el Ex Presidente de la Reserva Federal Paul Volcker se refieran a la posible desintegración del euro. Incluso que lo haga el máximo ejecutivo de uno de los fondos de inversión más respetados. Lo que no cabe entender, es que la tarde del viernes se haya consumido en medio de rumores, desmentidos y "no coment" sobre recientes amenazas del Presidente francés de abandonar el euro. Si esa filtración, como parece deducirse de la información publicada por el diario El País, se hizo desde España, y en concreto desde círculos próximos al Gobierno, no le arriendo la ganancia al Presidente. El saldo de la sesión es un euro en caida libre, la convocatoria de urgencia del G7 este fin de semana, y la seguridad de nuevas medidas extraordinarias antes de la apertura de los mercados el próximo lunes. Ahora si convendría decir aquello que gustaba decir nuestro Presidente del Gobierno. Buen fin de semana, y buena suerte.
La Unión Monetaria se ha salido de la autopista y ahora circula a oscuras por campo abierto. Muchos son los pasajeros que están saltando de sus vehículos a la mínima oportunidad, y más velozmente de aquellos que se supone que pueden estar más averiados. No nos extrañemos que sea el caso de España. Le siguen otros, pero basta un vistazo al ranking de los índices bursatiles europeos al cierre del viernes, y se puede tener buena idea de que vehículo saltan más atropelladamente los pasajeros.
Quizá por vivir en la oscuridad permanente, algunos responsables políticos pueden no ser conscientes de que el euro, que es la expresión final del vehículo común, ha abandonado sus principos fundacionales. Puede entenderse que desde Estados Unidos, figuras respetadas como el Ex Presidente de la Reserva Federal Paul Volcker se refieran a la posible desintegración del euro. Incluso que lo haga el máximo ejecutivo de uno de los fondos de inversión más respetados. Lo que no cabe entender, es que la tarde del viernes se haya consumido en medio de rumores, desmentidos y "no coment" sobre recientes amenazas del Presidente francés de abandonar el euro. Si esa filtración, como parece deducirse de la información publicada por el diario El País, se hizo desde España, y en concreto desde círculos próximos al Gobierno, no le arriendo la ganancia al Presidente. El saldo de la sesión es un euro en caida libre, la convocatoria de urgencia del G7 este fin de semana, y la seguridad de nuevas medidas extraordinarias antes de la apertura de los mercados el próximo lunes. Ahora si convendría decir aquello que gustaba decir nuestro Presidente del Gobierno. Buen fin de semana, y buena suerte.
Este artículo ha sido publicado en Diario Crítico.
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