lunes, 4 de junio de 2012

CONSEJOS VENDO...


Los datos de empleo de EE.UU. publicados el viernes, han sembrado inquietud, porque acusan un entorno menos amigable para la economía y para las posibilidades de reelección del presidente. Este, que no está sobrado de margen, acusa el impacto y hace referencia a la crisis europea. Con razón. El FMI y los norteamericanos quieren que se rescate el sistema financiero español lo antes posible, porque más tiempo que pase más tiempo para que un cisne negro nos sitúe ante un evento de difícil control. Los rescates bancarios precisan dinero, y lo ponen los mercados o lo ponen las instituciones. Elijan. 

El presidente español dice que no estamos al límite intentando echar agua en los incendios que le va creando su ministro de economía, y envía a la vicepresidenta a hablar con el FMI y con el Tesoro norteamericano, intentando reequilibrar poderes dentro de un Gobierno que en base a todos los indicios está roto, lo que ya ha dado lugar en sus aledaños a rumores de reajuste ministerial, e incluso a otros con clara intención de dañar el ministro de economía al acusar a este de postularse ante Bruselas como el Monti español. Un absurdo, pero síntoma de que la división en el área económica con la que ya nació el Gobierno no ha hecho más que abrirse generando un ambiente de urgencia y desconcierto. 

Una razón está sin duda en el diseño del Gobierno, sin un vicepresidente económico, algo que habrá que corregir. Pero la razón mayor está en que estamos ante un problema de diseño del euro. Lo que ocurre en el sistema financiero español es una manifestación del problema, no la causa. Y claro, corregir esto no es asunto que pueda resolverse en los ámbitos de los ministerios de economía como, al menos formalmente, pretende Alemania, sino que ha de resolverse por líderes políticos, que crean que efectivamente la Eurozona es algo que ha de conservarse, y que para ello no queda otra que dar un salto en el vacío y confiar en que se ha aprendido la lección.  

Si tiramos de reglamentos y los principales líderes europeos se ponen de perfil, las posibilidades de supervivencia del euro se van a ir reduciendo mucho y muy rápidamente. Salvo que Alemania gobierne Europa, algo imposible, no hay modo ni tiempo de que obtenga más garantías. La propuesta del presidente español este fin de semana sobre una autoridad fiscal europea es una posible solución intermedia. Que Alemania ponga al mando a alguien en quien confíe. Los reflejos no son una virtud alemana. Improvisar tampoco. El Presidente del BCE se desespera y acusa a España de comportarse de la peor manera posible al no reconocer sino por partes el problema de su sistema financiero. Tiene razón, pero ¿no es incluso peor lo que ocurre en la Eurozona? Consejos vendo que para mi no tengo, dice el refrán.  

La solución está a mano y es de éxito probado, pero los alemanes no se fían de prestar su dinero sin celebrar previamente el contrato, con avales y garantías. Lo entendemos, pero hay veces que tienes que confiar en tu socio, adelantar el dinero y confiar en su posterior documentación. ¡Si solo fuese uno! Alemania no se fía. Razones no le faltan. ¿Habrá tiempo para hacerlo a su modo? Respuesta: el BCE ha reanudado desde el viernes las compras de deuda. Menos da una piedra.

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