El caso es que la jornada de ayer no ha estado precisamente huérfana de asuntos de interés. El que más cerca nos toca, es la esperada confirmación de un nuevo trimestre de contracción del PIB, un 0,4% trimestral, que se suma a los dos anteriores (4º de 2011 y 1º de 2012) con descensos del 0,3%. Hay que ir al segundo trimestre del 2009 para encontrar un deterioro mayor. El descenso de la demanda interna (consumo e inversión) explica de nuevo la contracción, que solo se aminora por el incremento de exportaciones. Es un modelo que seguirá funcionando de igual modo en la segunda mitad del año, hasta encontrar un equilibrio en 2013 antes de recuperar tasas positivas en 2014. Al menos es lo que se deduce de muchas de las estimaciones que manejan los mercados.
Mercados que juegan a adivinar las posibles combinaciones a través de las que el BCE puede dar contenido a la declaración de su Presidente. Un paso atrás del BCE sería peligroso, porque vista la respuesta de los mercados al aviso, se demuestra que hay credibilidad disponible y es esta una munición escasa. Lo normal, es que dada la limitación del BCE para comprar emisiones en el mercado primario, sea el EFSF quien efectúe esas compras, reservándose el BCE para las compras en mercado secundario. ¿Dar una cifra como hacen la FED y el Banco de Inglaterra? Es una posibilidad. Las estimaciones de las compras de deuda por el Banco de Inglaterra son del 20% del PIB. Equivaldría a una cifra en la EZ de 1,6 billones, algo muy improbable. Una alternativa sería fijar una referencia límite para la prima de riesgo. El caso es que mientras se espera, las expectativas sobre la ruptura del euro aumentan a 73% desde el 55% según el German Sentix Institute. Que salga Grecia se estima en un 97%. Sobre España sube al 15,4% desde el 12,5%.
Simplemente esperando. No fiarse mucho.