martes, 27 de diciembre de 2011

NO DEMASIADO NORMAL


Pocos días hay en el año, o casi ninguno para ser apropiado, como el de ayer en los mercados. Vivido desde una ciudad donde es día hábil como fue el caso de ayer en Madrid, resulta extraño no estar pendiente de lo que reflejan las pantallas de los servicios de información financiera. Simplemente están cerrados. No hubo sesión bursátil en el continente, ni en las islas británicas, que continúan teniendo en Londres a la principal plaza financiera del mundo; y tampoco en el mercado norteamericano, de modo que aunque no era domingo, como si fuese. El mercado de divisas apenas tuvo actividad, y al ser día inhábil a efectos del Banco Central Europeo, tampoco hubo sesión de fixing, por lo tanto, el último cambio oficial de divisas disponible es el del pasado viernes 23 de diciembre, que es el que reflejamos en los cuadros adjuntos. Suele ser más común lo contrario, que la ciudad celebre un día festivo, mientras los mercados no descansan, aunque últimamente podríamos decir que no dan tregua, que es lo que mejor se corresponde con estos tiempos. Se reanuda por tanto hoy martes la actividad normal tras el fin de semana de Navidad, aunque tampoco demasiado normal, pues entramos en un periodo un tanto extraño e irregular como es la última semana del año. La razón fundamental, el cierre contable. Los gestores quieren cerrar sus cuentas sin sobresaltos, sabiendo que ni las arreglarán aquellos que han tenido un mal año, ni las querrán estropear aquellos que han salido de un ejercicio tan difícil con decoro. El mundo de las finanzas vive en el calendario gregoriano, y los gestores saben que lo que ocurra estos días tienen poco tiempo para su arreglo, mientras que lo que ocurra la semana próxima, hay todo un año por delante para enmendarlo. Así siguen siendo las cosas a pesar del paso de los años y de los muchos cambios que la crisis ha introducido. De modo que el calendario pesa.


Pero si hay un país donde ese peso se siente en mayor medida, ese es España. Decía el Ministro de Economía ayer anunciando un crecimiento negativo en el último trimestre, que nadie debía de llevarse a engaño, ya que los dos próximos trimestres no van a ser sencillos. Es una forma más bien discreta de referirse a un crecimiento negativo y a un incremento del número de parados. Su expectativa sobre la economía española en poco nos va a sorprender teniendo en cuenta el ajuste fiscal que va a efectuarse, y que estará focalizado sobre todo en el gasto, y el entorno europeo de fuerte moderación del crecimiento, por no hablar de estancamiento. Pero no tendría que ser la economía española la que en más dificultades ponga a la eurozona estos meses. El primer trimestre es el del nuevo tratado, y el preludio de las elecciones presidenciales francesas. El euro, que ahora está frente a muchas divisas en niveles muy similares a los de hace 11 o 12 meses, tiene por delante un trimestre difícil, pero ahora las dificultades son compartidas y van a tener que ser gestionadas mes a mes por los líderes de la UE convertidos en una especie de Gobierno económico de la Eurozona. Será difícil que enero/febrero de 2012 marquen valores extremos del año, algo bastante frecuente, pero tal estacionalidad habrá que tenerla en cuenta.

domingo, 25 de diciembre de 2011

EL ENTREVISTADOR ASOMBRADO


La escena tiene lugar en Madrid. Estamos las vísperas de Navidad y un periodista está entrevistando en plena calle a un hombre que luce gafas oscuras y con al menos 70 años bien cumplidos. Seguramente preguntado acerca de cómo pretendía pasar estos días de fiesta entrañables, el hombre, apesadumbrado, parece haber encontrado la oportunidad de que alguien escuche al fin su relato:

Mire usted, soy hijo de exiliados. No fue hasta que cumplí los 27 años, y poco antes de la transición, cuando pude volver a vivir en España a causa de Franco. A mi padre, el pobre, no sabíamos ni donde enterrarlo. Mi madre pasó muchos años en silla de ruedas. Yo, ya supero los setenta, y hace más de un año tuvieron que extirparme parte de un pulmón.

Mi mujer es inmigrante. Tengo tres hijos con ella. De los tres, solo una tiene trabajo,…pero no cobra. Todos ellos, incluidos mis nietos, viven de mi asignación. La mayor, tuvo que divorciarse, y es que mi yerno se dedicó a la buena vida, y tuvo problemas…ya sabe, las malas compañías, y una cosa lleva a la otra… El caso es que ha dejado a mi hija con dos niños.

El pequeño de mis hijos, aún no se ha ido de casa. Además, se ha casado con una divorciada, a la que ha traído a vivir con nosotros. Esta señora, al menos antes trabajaba, incluso tenía un buen puesto, pero desde que llego a mi casa, no hace nada. Resulta que además han tenido dos niñas que también viven en casa.
Para colmo, este año, mi hija, la que trabaja pero no cobra, tiene problemas con su marido. Y es que ha tenido que ir a buscar refugio en el extranjero. Me temo que vive en el delito, y le han aconsejado no acercarse por aquí. Así que ya ve usted… y para colmo, con esto de la crisis, cabe que el Gobierno hasta me ajuste la asignación. En fin, que este año, ni juntos, ni nada de vacaciones…

En ese instante, el hombre se quita las gafas. Es entonces cuando el entrevistador asombrado exclama: “Pero… majestad, no sabía yo que llevaba usted una vida tan mala”

(Popular. Adaptación actualizada)

¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!

martes, 20 de diciembre de 2011

¿MEJOR AHORA?


Decía el Presidente francés horas antes de la última cumbre, que no habría segunda oportunidad para el euro si no se alcanzaba un acuerdo. Semejante idea se representaba al señalar que de la cumbre, o salía un bazooka, refiriéndose a la compra masiva de bonos por el BCE, o se rompía la divisa única. La reunión ya es historia, y los mercados han vuelto a su actividad usual, teniendo que incorporar los que los líderes de la UE han concluido. ¿Estamos mejor, igual o peor que antes? ¿Es el euro una divisa más segura? ¿Está garantizada su continuidad? ¿Responde lo decidido a la expectativa de todo a nada que se había creado? ¿Qué se ha decidido? ¿Estamos ahora en una UE más segura? ¿Se abrirá un periodo de mayor estabilidad que propicie confianza y favorezca el crecimiento? 

Vayamos con lo más cierto. Hay acuerdo para elaborar un nuevo Tratado para 17+9 (se autoexcluye R.U.) que recogerá las condiciones alemanas de equilibrio y control fiscal. Habrá de estar listo en marzo (Francia tiene elecciones presidenciales en primavera y legislativas en verano). Se acelera la entrada en vigor del mecanismo destinado a la ayuda y rescate de países miembros. Se pretende dotarle de más de recursos (algo que ahora está en pleno debate) existiendo la posibilidad (por definir) de que pueda pedir prestado al BCE, además de endeudarse en los mercados. Se involucra al FMI para que pueda conceder préstamos bilaterales a países en dificultades. Menos evidente que lo anterior, pero relativamente explícito, es que el BCE, tendrá más “manga ancha” para responder a lo que ocurra en los mercados. Fundamentalmente para asegurar que no faltará liquidez al sistema financiero y evitar con ello que se registre algún episodio tipo Lehman, amenaza latente las últimas semanas. Es verdad que no aparece la deseada bazooka para la compra de deuda soberana que los inversores reclamaban, pero según fuentes anónimas del BCE recogidas por Reuters, el último consejo en el que se decidió el recorte de tipos al 1%, estableció en 20.000 millones el límite semanal de compras de deuda soberana. Llevado a ese límite supondría algo similar a la compra, y por tanto monetización, de la mitad de la deuda soberana que vence en un año. Algún día, si la crisis no se reconduce, el empobrecimiento crediticio del BCE será causa de gran preocupación. Cabe que incluso (y esto ya es opinión) sea esta la más fuerte amenaza que puede pesar sobre la existencia del euro.  Sirva esta opinión de tránsito a la propuesta de respuestas.

Estamos más seguros en cuanto a protección frente a la crisis financiera. Un poco mejor en cuanto a reducción de la volatilidad y recuperación de cierta estabilidad en los mercados. Igual en cuanto a expectativas de recuperación de actividad crediticia. Algo peor en cuanto a expectativas de recuperación a corto plazo (contracción fiscal y desapalancamiento bancario al tiempo, lo impiden). El euro no está todavía garantizado, ni la UE es mucho más segura ahora. Sin embargo las expectativas han sido más bien cubiertas, aunque en buena parte descontadas. Deberíamos tener más estabilidad, pero no aún más confianza, ni tampoco más crecimiento. Los mejor parados, los bancos. Empresas y ciudadanos, aguantar y esperar. Así hasta la próxima cumbre. Será en enero y es posible que solo estén 26. Para entonces, en España, ya sabremos algo más de los planes del nuevo Gobierno español que se dispone a arrancar. De momento el futuro presidente ha fijado más los plazos que los importes y su distribución.

lunes, 5 de diciembre de 2011

¿PUEDES CONCLUIR ALGO?


Estos días he tenido el privilegio de escuchar, dialogar y contrastar opiniones acerca el estado de la situación de la economía mundial, europea y española, con empresarios y directivos, con políticos en el poder y otros a punto de asumirlo, con ejecutivos de banca que recorren el mundo seleccionando gestores para el dinero de sus clientes, con periodistas que interpretan lo que acontece, con magistrados, con catedráticos de economía que presiden instituciones de control, con directores de medios económicos, con colegas y con amigos. He escuchado a gobernadores de bancos centrales, he participado en coloquios, presentado un libro, participado en tertulias, y hasta he escrito alguna columna editorial. He intentado leer análisis y opiniones que abordan la crisis y sus perspectivas desde puntos de vista distintos. Todo ello con el objetivo de poder decirle a usted, que es lo que va a ocurrir en los próximos días, semanas y meses, con un grado razonable de convencimiento. Pues bien, he de confesar que no tengo una opinión más formada de la que tenía antes de iniciar ese periplo. Tampoco ha cambiado demasiado mi estado de ánimo, pesimista para algunos de mis interlocutores, y lo contrario para otros. ¿Pero puedes concluir algo?, preguntaban mis colegas al regreso. Nada de extraordinario valor, pero lo intento.

La conclusión más participada es que afrontamos un periodo de fuerte contracción económica que ya se manifiesta en muchas áreas de actividad, incluso en las relacionadas con bienes de consumo básico. La segunda es que hay una parte de la clase dirigente que no acaba de desprenderse de los prejuicios sobre la culpabilidad y origen de la crisis, y encerrados en ese debate apenas han dedicado tiempo a trabajar en los mecanismos de salida. Lo reconocía el jueves en público el Gobernador del Banco de España. La tercera, consecuencia de lo anterior, es que se desconoce cual es la receta que ha de aplicarse. La cuarta, que van a producirse cambios de magnitud en el orden europeo hasta ahora conocido y que han de afectar necesariamente al euro. Una quinta, que sitúa en el eje franco alemán y particularmente en la canciller alemana, el núcleo donde tendrá lugar la explosión que libere la energía para el nuevo orden. La sexta, que los activos que actúan ahora como refugio, pueden comportarse de modo extraordinariamente diferente si llega el momento en el que tenga lugar un evento catalizador. La séptima, que el sistema financiero está paralizado y precisa de una asistencia masiva para que pueda volver a ejercer su normal desempeño. La octava, que el bien mayor a preservar es la liquidez y el acceso a la misma. La novena, que empieza a emerger el temor a la inflación generada por las políticas de monetización existentes. Y la décima, que no hay ningún lugar 100% seguro en el que protegerse. Tampoco en el dólar, por el que las apuestas son alcistas solo temporalmente. Esta semana nos dirá cuanto.

Mi opinión es que habrá más monetización europea en el seno de un modelo de disciplina fiscal que impondrá Alemania; que España precisará alguna forma de asistencia, pero que estará en lo que surja como núcleo duro de la nueva Europa, y que definitivamente de 2012 saldremos con una perspectiva bastante mejor que con la que entraremos.