The Cloud Gate (The Bean)
- JMPazos
- Madrid, Spain
- Escultura conocida popularmente como "the bean" en el parque del Milenium de Chicago
sábado, 30 de julio de 2011
PERO…¿SE ACABÓ?
Nada creo que sea 100% bueno ni malo, pero asisto al final de la época Zapatero con muchísimo alivio. La marca de este Presidente, que ni siquiera tuvo a orgullo ser la marca del partido que le llevó al poder, ha sido una especie de ficción que creo sinceramente que estamos pagando muy cara, y que seguiremos pagando muy cara, durante mucho tiempo.
En estas apenas 24 horas transcurridas desde que anunció, del modo que él hace, casi a escondidas, la fecha de las elecciones generales, he leído loas y críticas, y alguien a quien no recuerdo se le ocurrió hacer balance, a modo de halago, de cómo la bolsa había evolucionado en las legislaturas o en las presidencias de los diferentes jefes de Gobierno de la democracia, y encontró que ZP no había sido el peor. Había habido alguna legislatura donde la bolsa se había comportado peor. ¡Que estupidez!
Este Presidente, se creyó rico. Quiso hacernos creer en lo que vendía en 2004, donde entonces el PSOE anunciaba, o al menos quería hacernos creer, que sabía que el modelo económico español estaba agotado. Por alguna razón, en cuanto llegó al poder, la economía fue olvidada. Ese olvido de entonces, dejó paso a una legislatura, la primera de Zapatero, en la que se hizo, NADA. Eso fue lo que en economía se hizo, absolutamente NADA.
De legislatura de la nada, pasamos a la de la negación. “Por el pleno empleo”. Así se presentó a la reelección en 2008. Tal descaro tuvo en hablar del pleno empleo, que el PP no creyó que existiese otra estrategia que la de decir “yo también”. Fue una desgraciada campaña. Los que ya entonces creíamos estar ante una crisis como no habíamos conocido, pensamos que estábamos ante una estafa electoral. No podíamos creer que estuviésemos ante semejante elección.
Pero el electorado eligió el mensaje que le resultó más amigable y creíble. Entre un PP que dudaba entre decir la verdad o competir en el terreno de las falsas esperanzas y un ZP que decía que no había que preocuparse, los compradores electorales se volcaron del lado del charlatán más habilidoso. En eso ZP dio sopa con hondas al PP.
Los pueblos siempre pagan sus errores. En mayo del año pasado, ZP, como Pablo de Tarso, aparentó caer del caballo. Todo lo que él sospechaba haber dejado abandonado, haber traicionado en el altar de lo que la parte de la sociedad con voz le alababa, se evidenció. De pronto, en mayo de 2010, se dio cuenta de que vivía en un sistema que ya no podía soportar un minuto más la ficción. Ocurrió que entonces se encontró solo, y el silencio fue lo máximo que recibió. Solo es en esto en lo que me siento cerca de la persona, mientras sigo rechazando al personaje. ¿Quién quiere a ZP? Yo no lo quiero. Ni siquiera ahora que anuncia su muerte política. La herencia que nos deja este hombre que tuvo la oportunidad, a la que renunció, de evitar pasar el tremendo dolor que está pasando y resta por pasar a la sociedad a la que gobernó, es esa en la que se anuncia que, por primera vez en muchas generaciones, los padres temen que los hijos van a vivir en peores condiciones.
Un político joven como Zapatero, es también un hombre. Su conciencia no pudo ir más allá de mayo de 2010, donde tuvo miedo de la visión que le ofrecía el futuro para el pueblo que él, ZP, gobernaba. Y entonces decidió que no. Y tarde, aunque todavía no sabemos si a tiempo, decidió que su gobernar, tenía que ser distinto. Y cambió. Como español, solo debo gratitud a ese cambio. Lo demás, aquello de lo que enorgullecerse en los derechos sociales, estuvo a un paso de ser, y todavía pueden serlo, los derechos más caros de nuestra democracia, pero solo porque con la excusa de defender esos derechos, se olvidó de que lo que permite aspirar a esos derechos es que la sociedad funcione. Y la sociedad española, hacía tiempo ya, que estaba atrofiándose.
No puedo salvar al Zapatero que nos deja mucho peor. Si hacemos balance español a español, es muy difícil salvarle. Muchos miles, quizá millones, viven peor de cómo vivían, y temen más de lo que temían cuando él arribó. Entre esos muchos miles, millones, están gentes que confiaron en él. El desastre económico que nos deja, no es su culpa, pero si es responsable de su enorme magnitud. En economía ZP no nos deja nada que salvar. Su herencia, todavía está por ser definitivamente evaluada. Pero como heredero, me temo que cuando se abra el sobre, mi parte, no sea otra cosa que sacrificio y dolor. Probablemente como la suya.
viernes, 29 de julio de 2011
REPARTIENDO PROBABILIDAD
El dólar, que en la mañana de ayer llegó a cruzarse contra el euro hasta en 1.44 recupera esta mañana de nuevo, en un tímido ir y venir sin demasiado horizonte. Es lo menos que cabe esperar cuando se acerca la posibilidad de que más allá del martes 2 de agosto, EE.UU. se vea obligado a un fuerte ajuste fiscal.
Episodio como esté de una crisis de elevación de límite de deuda ya tuvo lugar durante la Presidencia de Clinton en 1995. Se registraron periodos de “cierre gubernamental” entre noviembre y enero del año siguiente del tipo como el que ahora amenaza. El límite de deuda era entonces 5,5 billones y el déficit fiscal era del 2% y no de más del 10% actual. Esto significa, que en el caso de un “government shutdown” por falta de fondos, los ajustes habrían de ser, en este caso, sustancialmente mayores.
¿Qué probabilidad y con que consecuencias? Una reciente nota de Credit Suisse, dibujaba varios escenarios a los que asignaba probabilidad, poniendo números a las implicaciones sobre diferentes activos. Optimista, la entidad asigna una probabilidad del 90% a que finalmente se llegue a un acuerdo. Este hecho, apunta el banco suizo, impulsaría los mercados bursátiles por encima del 3%, y opta en ese caso por tomar posiciones de compra en dólares. Aún en este caso, señala en 50-50 la posibilidad de que la deuda norteamericana sufra una reducción en su calificación. El panorama es más gris en el caso de que no se alcance un acuerdo a tiempo. Asigna a esto un 9% de probabilidad, con efectos bajistas en las bolsas en el rango 10%- 15%. Su interés estaría entonces en comprar francos suizos y yenes. En el caso de que la situación acabase derivando en un impago de deuda, probabilidad a la que asignan menos de un 1%, el panorama lo pintan negro. Descenso bursátil del 30%, descenso del PIB del 5%, y por supuesto más compras de franco suizo y de yenes. Sin acuerdo, los ajustes necesarios solo en el mes de agosto serían de 134.000 millones.
Es seguro que otros apuntan otros repartos de probabilidad y otras dimensiones en las consecuencias. Si tomásemos como referencia el cierre gubernamental de 1995-96, entonces el dólar se apreció ligeramente. Y si miramos más cerca en el tiempo, vemos a Japón, que tiene una deuda pública del 200% del PIB y calificación AA, paga un 1,1% por su deuda, y su divisa será comprada en el caso de problemas en EE.UU. con su AAA.
Habrá que distraerse hasta el 2 de agosto y esperar. Entretienen la espera las agencias de calificación, que esta mañana amenazan de nuevo a España con más rebajas. El diferencial sube 15 hasta 355 pb.
Episodio como esté de una crisis de elevación de límite de deuda ya tuvo lugar durante la Presidencia de Clinton en 1995. Se registraron periodos de “cierre gubernamental” entre noviembre y enero del año siguiente del tipo como el que ahora amenaza. El límite de deuda era entonces 5,5 billones y el déficit fiscal era del 2% y no de más del 10% actual. Esto significa, que en el caso de un “government shutdown” por falta de fondos, los ajustes habrían de ser, en este caso, sustancialmente mayores.
¿Qué probabilidad y con que consecuencias? Una reciente nota de Credit Suisse, dibujaba varios escenarios a los que asignaba probabilidad, poniendo números a las implicaciones sobre diferentes activos. Optimista, la entidad asigna una probabilidad del 90% a que finalmente se llegue a un acuerdo. Este hecho, apunta el banco suizo, impulsaría los mercados bursátiles por encima del 3%, y opta en ese caso por tomar posiciones de compra en dólares. Aún en este caso, señala en 50-50 la posibilidad de que la deuda norteamericana sufra una reducción en su calificación. El panorama es más gris en el caso de que no se alcance un acuerdo a tiempo. Asigna a esto un 9% de probabilidad, con efectos bajistas en las bolsas en el rango 10%- 15%. Su interés estaría entonces en comprar francos suizos y yenes. En el caso de que la situación acabase derivando en un impago de deuda, probabilidad a la que asignan menos de un 1%, el panorama lo pintan negro. Descenso bursátil del 30%, descenso del PIB del 5%, y por supuesto más compras de franco suizo y de yenes. Sin acuerdo, los ajustes necesarios solo en el mes de agosto serían de 134.000 millones.
Es seguro que otros apuntan otros repartos de probabilidad y otras dimensiones en las consecuencias. Si tomásemos como referencia el cierre gubernamental de 1995-96, entonces el dólar se apreció ligeramente. Y si miramos más cerca en el tiempo, vemos a Japón, que tiene una deuda pública del 200% del PIB y calificación AA, paga un 1,1% por su deuda, y su divisa será comprada en el caso de problemas en EE.UU. con su AAA.
Habrá que distraerse hasta el 2 de agosto y esperar. Entretienen la espera las agencias de calificación, que esta mañana amenazan de nuevo a España con más rebajas. El diferencial sube 15 hasta 355 pb.
jueves, 28 de julio de 2011
EL RAP DE LA DEUDA
Letra:
Raise da debt ceiling!
Raise da debt ceiling!
Raise da debt ceiling!
Raise da debt ceiling!
14 trillion in debt
but yo we ain’t got no qualms
droppin $100 bills
and million dollar bombs
spending money we don’t have
that’s the name of the game
they call me cumulo nimbus
because you KNOW I make it rain
bail out all kind of cars
got all kind of whips
ladies ask me how I get em
I tell em STIMULUS
Social Security surplus?
Oh, guess what? it’s gone
I got my hands on everything
like Dominique Strauss Kahn
ain’t got no Medicare trust fund
son, that’s just absurd
spending every single penny that
we see, son, have you heard?
ain’t got no moral objections
ain’t got kind of complaints
ain’t got no quantitative
statutory budget restraints
so…
[CHORUS]
Yo, we up in the Fed
and we living in style
Spending lots of money
while we sipping crystal
still making it rain
and yeah it be so pleasing
wait, not making it rain–
we be “Quantitative Easing!”
QE1, QE2
QE4, QE3
Dropping IOU’s
in every fund that I see
printing the cash
inflating the monies
callin up China
“a-yo we straight out of 20′s!”
in the club
we be louding out
while to the market, yeah
we be crowding out
on the beach getting tan
and sipping Corona
we got a monetary plan–
and it involves a lot of toner…
[CHORUS]
So if you look at the chart
and examine the trend
we borrow 40 cents of every
single dollar we spend
and non-discretionary spending
increases every day
do you have a comment for Committee?
I MAKE IT RAIN
Mr. Speaker, Mr. Speaker
would you beam me up?
A Congressperson cutting spending?
Couldn’t dream me up
We’re gonna default
if we follow this road!
I should have thought of this
14 trillion dollars ago!
I’m the king of the links
I’m a menace at tennis
I’m sticking spinnaz on my rims
picking winnaz in business
if you’re looking for some cash
it’s about to get heavy
I got some big ol’ piles of money
and guess what–they shovel ready
[CHORUS]
Vía: @zerohedge
Raise da debt ceiling!
Raise da debt ceiling!
Raise da debt ceiling!
Raise da debt ceiling!
14 trillion in debt
but yo we ain’t got no qualms
droppin $100 bills
and million dollar bombs
spending money we don’t have
that’s the name of the game
they call me cumulo nimbus
because you KNOW I make it rain
bail out all kind of cars
got all kind of whips
ladies ask me how I get em
I tell em STIMULUS
Social Security surplus?
Oh, guess what? it’s gone
I got my hands on everything
like Dominique Strauss Kahn
ain’t got no Medicare trust fund
son, that’s just absurd
spending every single penny that
we see, son, have you heard?
ain’t got no moral objections
ain’t got kind of complaints
ain’t got no quantitative
statutory budget restraints
so…
[CHORUS]
Yo, we up in the Fed
and we living in style
Spending lots of money
while we sipping crystal
still making it rain
and yeah it be so pleasing
wait, not making it rain–
we be “Quantitative Easing!”
QE1, QE2
QE4, QE3
Dropping IOU’s
in every fund that I see
printing the cash
inflating the monies
callin up China
“a-yo we straight out of 20′s!”
in the club
we be louding out
while to the market, yeah
we be crowding out
on the beach getting tan
and sipping Corona
we got a monetary plan–
and it involves a lot of toner…
[CHORUS]
So if you look at the chart
and examine the trend
we borrow 40 cents of every
single dollar we spend
and non-discretionary spending
increases every day
do you have a comment for Committee?
I MAKE IT RAIN
Mr. Speaker, Mr. Speaker
would you beam me up?
A Congressperson cutting spending?
Couldn’t dream me up
We’re gonna default
if we follow this road!
I should have thought of this
14 trillion dollars ago!
I’m the king of the links
I’m a menace at tennis
I’m sticking spinnaz on my rims
picking winnaz in business
if you’re looking for some cash
it’s about to get heavy
I got some big ol’ piles of money
and guess what–they shovel ready
[CHORUS]
Vía: @zerohedge
sábado, 23 de julio de 2011
REESTRUCTURACION
Tras el anuncio, al cierre de los mercados del viernes, de que toma el control de Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), son tres las Cajas de Ahorro intervenidas por el Banco de España. Es una de las consecuencias, en este caso negativa, del Real Decreto por el que hace solo cuatro meses el Gobierno obligó a Bancos y Cajas a incrementar sus ratios de solvencia. Las exigencias de capital resultaron ser más altas incluso que las establecidas por las directivas europeas. Por si el reto fuera poco, las nuevas exigencias han de ser cumplidas antes del próximo 30 de septiembre. Sin dar tiempo a un proceso previo de saneamiento, lo que habría de haber sido la fase culminante de una reestructuración ordenada, se convierte en una urgencia, cuya responsabilidad se arroja sobre los hombros del sector financiero y en particular sobre las Cajas, que en un plazo casi imposible tienen que proceder a realizar operaciones tan complejas como fusiones, constituciones de SIP, transformaciones en bancos y salidas a los mercados. En menos tiempo del que tarda en caer en la cuenta de la gravedad de la situación, el Gobierno exige del sistema financiero una reestructuración sin precedentes, y en tiempo récord. No se aplica a si mismo igual reto cuando se trata de reformar el mercado de trabajo, o de la negociación colectiva. Esta semana, como semanas antes CaixaBank, Bankia, y Banca Cívica, culminaban con éxito su estrategia de recapitalización. Lo han hecho en el entorno más adverso imaginable, aunando voluntades, y tras un esfuerzo, que solo aquellos que han tenido la responsabilidad de lograr el objetivo tienen verdadera conciencia. Lo que el Gobierno no ha querido para sí, lo ha impuesto a otros, y esos otros, han demostrado que la capacidad, el compromiso, y el esfuerzo, permiten culminar con éxito tareas, que aun impuestas en forma y tiempo erróneos, son aceptados y alcanzados por la sociedad. La misma de la que el Gobierno desconfía y sobre la que arroja sombras en cuanto cree que tiene oportunidad de obtener un rédito electoral.
Independientemente de la evolución del precio de las acciones, ha de quedar claro, que CaixaBank, Bankia, y Banca Cívica han sido capaces de responder por si solos al reto más complejo al que se ha enfrentado el sistema financiero español, y que en ese esfuerzo, han sabido responder al desafío de mantener el difícil equilibrio entre los intereses de los nuevos accionistas, y su compromiso con el territorio, con sus empleados y clientes, y sobre todo con el de no alejarse de su obra social y de los sectores desfavorecidos. Mantener ese equilibrio es su reto. Pero no dejemos de reconocer sus logros.
Independientemente de la evolución del precio de las acciones, ha de quedar claro, que CaixaBank, Bankia, y Banca Cívica han sido capaces de responder por si solos al reto más complejo al que se ha enfrentado el sistema financiero español, y que en ese esfuerzo, han sabido responder al desafío de mantener el difícil equilibrio entre los intereses de los nuevos accionistas, y su compromiso con el territorio, con sus empleados y clientes, y sobre todo con el de no alejarse de su obra social y de los sectores desfavorecidos. Mantener ese equilibrio es su reto. Pero no dejemos de reconocer sus logros.
lunes, 18 de julio de 2011
¿ESTAN TODOS LOCOS?
Para manejarse con cierta soltura en la crisis, ya empieza a ser preciso un diccionario. Por lo menos uno de acrónimos. Algunas de las entidades que conforman la sopa de letras, son viejas conocidas. Otras ni siquiera tienen un año de edad, y han nacido alumbradas por la crisis. Es el caso de la EBA, ó Autoridad Bancaria Europea, que desde 2011 hereda las tareas del antiguo CEBS.
Es noticia porque es el organismo encargado de los test de esfuerzo de la banca europea. Su presidente, un italiano, antiguo alto funcionario de su banco central, después de contradecir al Banco de España señalando que “la banca española que ha suspendido necesita capital”, -El BdE titulaba su comunicado del viernes: “Ninguna entidad española requiere aumentar su capital como consecuencia de las pruebas de resistencia de la EBA” -, dice que “no espero un lunes negro para la banca española en los mercados”. Pues hala, a tranquilizarse, porque si el italiano no lo espera, es que todo debe de ir bien. Un poco raro si que parece. Y es que donde los nuestros dicen que no necesitamos capital, el italiano, dice que sí. Será un malentendido. El caso es que un alemán, presidente del equivalente germano a nuestra CECA, decía el viernes que los test de resistencia “han hecho una pobre labor para construir confianza”, y que “la tarea es ahora asegurar que una incertidumbre adicional no afecta a los mercados”.
Visto que no hay unanimidad en la interpretación de conclusiones, aquí va otra: Del total de 90 entidades analizadas, 8 suspenden (7 en 2010) y 16 aprueban raspado. De los suspensos, 5 son españoles, dos griegos y uno austríaco. No, no, ni irlandeses, ni portugueses, ni italianos, ni alemanes, ni franceses, ni nada. Allí todo está bien. Bueno, no tanto. De los 16 aprobados raspados, hay dos chipriotas, dos alemanes, dos griegos, dos portugueses, un italiano y un esloveno. El resto, españoles. Pero según el Banco de España ninguno tiene que aumentar capital. El año pasado, todos los bancos irlandeses aprobaron. Aprobaron antes de caer y también después. ¡Unos genios los irlandeses! Y nosotros, unos torpes. Porque si los irlandeses, con la que han armado, aprueban todos, ¿qué pasa aquí? ¿estamos idiotas? No tanto como el presidente de la EBA que dice que no espera un “lunes negro” para nuestros bancos. ¡Válgame Dios! ¡Que se lo lleven! ¿Nos hemos vuelto locos o qué? Y mientras, el Banco Popular enviando un email para que compremos sus obligaciones subordinadas, junto a un archivo destacando sus fortalezas. Y por supuesto, que las pidamos “lo antes posible” que si no nos quedaremos sin ellas. Curioso, porque al pasar por delante de la sucursal no he visto a nadie agolpado a las puertas.
Que conste que hoy, este comentario estaba destinado a referirse a la crisis de deuda norteamericana, y a la significación de la amenaza de recortar su calificación que han expresado las dos principales agencias. Moody´s ha calificado con AAA a EE.UU. desde 1917, y ahora se pone fanfarrona. Titula el neokeynesiano Krugman su crónica sobre la negociación norteamericana con un expresivo: “Rayando en la locura”.
La verdad, no es por fastidiar desde el inicio de la semana, pero aquí ya podemos empezar a poner un poco de orden, porque si no, no sé como va a acabar esto.
sábado, 16 de julio de 2011
A LAS PUERTAS DE SANTEMAR
El martes 12 de julio, a las 9:18 de la mañana, envié un correo electrónico a mi equipo. Era tan breve como un telegrama. En el asunto titulé “COLAPSO”. Estaba en el hall de un hotel en Santander, a la espera del microbús que nos trasladaría al Palacio de la Magdalena, junto con dos personas más. Mi colega Mercedes tenía el encargo de enviarme cada pocos minutos una actualización de lo que estaba pasando en los mercados: divisa, bolsa, y deuda. El diferencial italiano con Alemania superaba con creces los 335 p.b, y así se lo comenté a mis compañeros de espera.
Uno de ellos llamó de inmediato a su contacto en Londres. El otro empezó decir algo en voz tan baja que yo, que estaba frente a él, apenas podía entenderle. La conversación con Londres fue breve, y confirmó nuestros temores: en el mercado de deuda se habían retirado los compradores. Entonces, la persona que hablaba en voz baja, empezó a elevar levemente el tono, y conforme lo elevaba, pasó de manifestar una honda preocupación a un claro enfado. Yo no quise interrumpir ni un segundo su discurso. Me interesaba extraordinariamente escuchar cada palabra. Cuando pareció haber desahogado su enfado en una crítica sin piedad a la Unión Europea, preocupado por lo que estaba escuchando le planteé: “...pero habrá un Plan B”. La respuesta fue rotunda “No hay Plan B”. Entonces, en el tono de su discurso, ganó de nuevo la irritación. Mi compañero y yo atendíamos al discurso. Nunca creí tener la oportunidad de escuchar algo como lo que estaba escuchando procedente de quien pronunciaba aquellas palabras y menos aún en compañía de la persona con la que se cerraba el trío.
Llegó el microbús. Subimos. Llegaron dos pasajeros más que iban con el mismo destino. Silencio total. Fue durante la ruta cuando escribí el telegráfico correo: “Estamos colapsados. Puede pasar cualquier cosa. Mal día hoy para nuestra historia”. Así de breve. He visto en directo colapsar a la libra y a la lira, que abandonaban el SME. He visto tipos de la corona sueca al 200%. He visto devaluaciones de la peseta una detrás de otra. Tengo 49 años y toda mi vida han sido los mercados financieros. Nunca había sentido algo así. No se puede pensar en nada en concreto y se piensa en todo a la vez. Nunca sentí tan de cerca abrirse las puertas del infierno.
Cuando ayer tuve oportunidad de volver a mi ocupación habitual, casi todas las preguntas que contesté eran sobre el posible default norteamericano del 2 de agosto. Cuantas más veces contaba lo mismo, más deseaba estar en el paraíso americano. Dice un estudio de McKinsey, que aunque la deuda total ha parado de aumentar en muchos países como porcentaje del PIB, solo en una gran economía ha caído de firma visible: EE.UU. La diferencia entre republicanos y demócratas es política. Los primeros tienen la oportunidad de “matar a Obama” y los demócratas se resisten a entregar la pieza. Eso es casi todo lo que está pasando estos días en Washington. Mi experiencia del martes a las puertas del hotel Santemar de Santander, ha incrementado de una forma extraordinaria mis dudas sobre Europa, y a pesar de la batalla americana de la deuda, la mayor confianza que ya tenía en el dólar en relación al euro.
Uno de ellos llamó de inmediato a su contacto en Londres. El otro empezó decir algo en voz tan baja que yo, que estaba frente a él, apenas podía entenderle. La conversación con Londres fue breve, y confirmó nuestros temores: en el mercado de deuda se habían retirado los compradores. Entonces, la persona que hablaba en voz baja, empezó a elevar levemente el tono, y conforme lo elevaba, pasó de manifestar una honda preocupación a un claro enfado. Yo no quise interrumpir ni un segundo su discurso. Me interesaba extraordinariamente escuchar cada palabra. Cuando pareció haber desahogado su enfado en una crítica sin piedad a la Unión Europea, preocupado por lo que estaba escuchando le planteé: “...pero habrá un Plan B”. La respuesta fue rotunda “No hay Plan B”. Entonces, en el tono de su discurso, ganó de nuevo la irritación. Mi compañero y yo atendíamos al discurso. Nunca creí tener la oportunidad de escuchar algo como lo que estaba escuchando procedente de quien pronunciaba aquellas palabras y menos aún en compañía de la persona con la que se cerraba el trío.
Llegó el microbús. Subimos. Llegaron dos pasajeros más que iban con el mismo destino. Silencio total. Fue durante la ruta cuando escribí el telegráfico correo: “Estamos colapsados. Puede pasar cualquier cosa. Mal día hoy para nuestra historia”. Así de breve. He visto en directo colapsar a la libra y a la lira, que abandonaban el SME. He visto tipos de la corona sueca al 200%. He visto devaluaciones de la peseta una detrás de otra. Tengo 49 años y toda mi vida han sido los mercados financieros. Nunca había sentido algo así. No se puede pensar en nada en concreto y se piensa en todo a la vez. Nunca sentí tan de cerca abrirse las puertas del infierno.
Cuando ayer tuve oportunidad de volver a mi ocupación habitual, casi todas las preguntas que contesté eran sobre el posible default norteamericano del 2 de agosto. Cuantas más veces contaba lo mismo, más deseaba estar en el paraíso americano. Dice un estudio de McKinsey, que aunque la deuda total ha parado de aumentar en muchos países como porcentaje del PIB, solo en una gran economía ha caído de firma visible: EE.UU. La diferencia entre republicanos y demócratas es política. Los primeros tienen la oportunidad de “matar a Obama” y los demócratas se resisten a entregar la pieza. Eso es casi todo lo que está pasando estos días en Washington. Mi experiencia del martes a las puertas del hotel Santemar de Santander, ha incrementado de una forma extraordinaria mis dudas sobre Europa, y a pesar de la batalla americana de la deuda, la mayor confianza que ya tenía en el dólar en relación al euro.
domingo, 3 de julio de 2011
DEMOCRACIA vs DEUDOCRACIA
Por motivos que solo aventuraría adivinar un buen psiquiatra, e invitado por un grupo de periodistas cuyas firmas ocupan un puesto destacado en la información política española de las últimas décadas, me incorporé desde su inicio a ESPAÑA 2020, una iniciativa de esas que surgen cuando un país en crisis, y no solo económica, quiere estimular a los suyos a pensar un poco más allá del tiempo inmediato. Como coordinador del área económica tengo que atraer aportaciones y si acaso ayudar a que se estructuren alrededor de tres áreas: El estado del bienestar, el nuevo modelo productivo, y el sistema financiero.
Todas las iniciativas son ideológicas, pero no pensé que por ese motivo fuese tan difícil atraer opiniones. He dedicado a esto más de lo que reconozco en mi diario reparto de tiempos. Gracias a ello se han animado unos pocos que han regalado sus ideas y su tiempo, y otros lo están haciendo, pero me gustaría contar con más. Con usted que lee esto. Solo así será verdad que las sociedades no son solo sus políticos. Si no se consigue, nos pasará como a Grecia, y entonces tendremos que reconocer que quizá merezcamos que nuestros políticos decidan a que dedican nuestro dinero, si a pagar las consecuencias de sus excesos o a devolver mejorado y ordenado a la sociedad lo que reciben de ella para su justo reparto y administración.
A consecuencia de ESPAÑA 2020, en unos días tendré algunos minutos para hablar sobre el nuevo modelo económico a los estudiantes de la UIMP. Pero la verdad es que no tengo ni idea de cual es el nuevo buen modelo. Como dedico la vida a la gestión de riesgos, siempre me ha parecido mucho más sencillo comenzar por identificar aquello que no debe de hacerse, y a pesar de que me ha causado cierto impacto, por lo violento de su réplica hacia mí en un debate público con una personalidad que no voy a mencionar, sigo creyendo que no debe de construirse un muro alrededor de Grecia y arrojar a 11 millones de personas al mar solo porque un taxista de Atenas ofrezca un descuento si el pasajero acepta no poner el taxímetro. Bien está que Europa exija rigor como “componente esencial de nuestra estrategia para salvaguardar la estabilidad fiscal y salvaguardar la estabilidad financiera” como se manifiesta en el comunicado por el que libera 12.000 millones más a Grecia, pero convertir esos dos principios en los orientadores sin ni siquiera una breve referencia a la estabilidad social, deja un enorme e innecesario espacio para los movimientos “quincemayistas”, que es la forma menos juiciosa y más incierta de inducir cambios sociales en una democracia.
No democracia, sino DEUDOCRACIA es el título de un muy buen documental, este sí con gran carga ideológica, elaborado por dos periodistas griegos sobre la crisis de su país, y que en la línea de INSIDE JOB, está estos días siendo objeto de comentario y seguro que será de culto entre los emergentes movimientos sociales. En este mar revuelto, hay sospechas, serias y bien fundadas, de que los bancos están poniendo, en la llamada participación privada en el segundo paquete griego, sus intereses a muy buen recaudo, para que seamos los ciudadanos los que soportemos el riesgo. No creo que sea este el modelo para salvar al euro y tener más Europa, pero quizá esté equivocado y solo así, pagando nosotros, será posible que nos salvemos.
Feliz semana
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