Es viernes, hemos llegado hasta aquí, y dado el panorama, se excusa una licencia.
Encarábamos el final de la tarde ayer jueves, cuando en esa zona gris que es el mercado de rumores, se apuntaba que una fuente anónima de la UE confirmaba que los flecos pendientes del nuevo programa de rescate griego habían sido finalmente atados. Según el rumor, sería un nuevo plan… ¡a tres años!, con su correspondiente nuevo desembolso de fondos públicos, pero también acompañado de una “limitada participación privada”, que por supuesto no provocaría un “evento de crédito”. Para los menos iniciados, un “evento de crédito” es una forma eufemística de referirse a que no será necesario que legalmente los bancos privados tengan que reconocer pérdidas, y se vean por ello obligados a proceder a vender de sus balances una deuda como la griega, -imagine el panorama-, recién calificada con el “solvente” ratio Caa1 por la rigurosa y valiente agencia Moody´s, la misma que, junto a sus primas hermanas, excusó en 2009 ante la correspondiente comisión parlamentaria norteamericana, su grave negligencia al reiterar la triple A en instituciones que días después se derrumbaban bajo el peso de la basura que habitaba sus balances. Las tres agencias coincidieron entonces en excusar su calificación AAA como “una opinión”. ¡JA!
Pero regresemos al día de ayer. Unas horas antes, a media mañana, en el mismo mercado de rumores, lo que cotizaba era la posibilidad de una reunión de emergencia del Eurogrupo, a celebrar el lunes, para cerrar el asunto griego. Se vio obligada la Comisión a desmentir el rumor de la mañana, y también el de la tarde. De este modo, si hemos de creer a las fuentes oficiales, el asunto griego no está resuelto, pero tampoco está pendiente de resolver. Es decir, que con un poco de suerte, quizá en breve seamos informados de que realmente no hay problema con Grecia, y podamos comprar alegremente euros y bonos griegos. No obstante alguno debe de haber, porque la publicación de las pruebas de esfuerzo de la banca europea ha tenido que ser retrasada al encontrar el supervisor, “irregularidades, escenarios demasiado optimistas, y falta de información”. Pero, ya sabe, esto solo es “una opinión”. ¡JA!
Siendo así, ¿quien puede discutir que lo normal en estas circunstancias es confiar más en el euro que en el dólar? Y si le quedan dudas, preguntemos de nuevo a Moody´s que ayer advirtió a los EE.UU.: “Si no hay progresos en la negociación sobre el incremento en el techo de deuda en las próximas semanas, es probable que se ponga en revisión la calificación de su deuda pública para su rebaja”. Es decir, que o EE.UU. aprueba endeudarse más, o -puede-quizá-cabe que-, analice-mire- decida- si estudia someter a revisión su calificación. Solo recuerdo como amenaza más contundente al recientemente fallecido Arteche, central infranqueable del Atlético de Madrid. Pensaba uno que lo malo era elevar la deuda, pero se ve que esto también debe de ser “una opinión”. ¡JA!
TRIPLE ¡JA!
Encarábamos el final de la tarde ayer jueves, cuando en esa zona gris que es el mercado de rumores, se apuntaba que una fuente anónima de la UE confirmaba que los flecos pendientes del nuevo programa de rescate griego habían sido finalmente atados. Según el rumor, sería un nuevo plan… ¡a tres años!, con su correspondiente nuevo desembolso de fondos públicos, pero también acompañado de una “limitada participación privada”, que por supuesto no provocaría un “evento de crédito”. Para los menos iniciados, un “evento de crédito” es una forma eufemística de referirse a que no será necesario que legalmente los bancos privados tengan que reconocer pérdidas, y se vean por ello obligados a proceder a vender de sus balances una deuda como la griega, -imagine el panorama-, recién calificada con el “solvente” ratio Caa1 por la rigurosa y valiente agencia Moody´s, la misma que, junto a sus primas hermanas, excusó en 2009 ante la correspondiente comisión parlamentaria norteamericana, su grave negligencia al reiterar la triple A en instituciones que días después se derrumbaban bajo el peso de la basura que habitaba sus balances. Las tres agencias coincidieron entonces en excusar su calificación AAA como “una opinión”. ¡JA!
Pero regresemos al día de ayer. Unas horas antes, a media mañana, en el mismo mercado de rumores, lo que cotizaba era la posibilidad de una reunión de emergencia del Eurogrupo, a celebrar el lunes, para cerrar el asunto griego. Se vio obligada la Comisión a desmentir el rumor de la mañana, y también el de la tarde. De este modo, si hemos de creer a las fuentes oficiales, el asunto griego no está resuelto, pero tampoco está pendiente de resolver. Es decir, que con un poco de suerte, quizá en breve seamos informados de que realmente no hay problema con Grecia, y podamos comprar alegremente euros y bonos griegos. No obstante alguno debe de haber, porque la publicación de las pruebas de esfuerzo de la banca europea ha tenido que ser retrasada al encontrar el supervisor, “irregularidades, escenarios demasiado optimistas, y falta de información”. Pero, ya sabe, esto solo es “una opinión”. ¡JA!
Siendo así, ¿quien puede discutir que lo normal en estas circunstancias es confiar más en el euro que en el dólar? Y si le quedan dudas, preguntemos de nuevo a Moody´s que ayer advirtió a los EE.UU.: “Si no hay progresos en la negociación sobre el incremento en el techo de deuda en las próximas semanas, es probable que se ponga en revisión la calificación de su deuda pública para su rebaja”. Es decir, que o EE.UU. aprueba endeudarse más, o -puede-quizá-cabe que-, analice-mire- decida- si estudia someter a revisión su calificación. Solo recuerdo como amenaza más contundente al recientemente fallecido Arteche, central infranqueable del Atlético de Madrid. Pensaba uno que lo malo era elevar la deuda, pero se ve que esto también debe de ser “una opinión”. ¡JA!
TRIPLE ¡JA!
Te percibo más keynesiano que nunca...
ResponderEliminarNo creas amigo. Es más una cuestion moral.
ResponderEliminarDe todos modos lo recibo como un halago.
Un abrazo