lunes, 6 de junio de 2011

“NO MONEY”



Las agencias de calificación cobran por su trabajo. Cobran bien. Alguno de nuestros lectores lo saben. Yo mismo he puesto en contacto a unos con otros. Hace unos días, el Banco de Santander emitía cédulas territoriales. Son títulos de deuda que están respaldados, además de por el balance del propio banco, por la deuda que este posee de CCAA y Ayuntamientos. Habían pasado 13 meses de la última emisión semejante efectuada por La Caixa, pero entonces el diferencial soberano era de 70 pb.

No Money to Pay 70,000 Employees In Castilla-La Mancha Region of Spain: Situation a "Total Failure" (Titular extraído del blog de un conocido asesor de inversiones).

Lo que ocurre en CLM, o en otras muchas administraciones territoriales, lo saben bien algunos de mis clientes. El viernes, desde una administración local que está entre las 10 de mayor tamaño de España y entre las que ofrece mejores ratios, un responsable político que prepara su salida, me decía que se iba satisfecho y aliviado, que el cambio era bueno, pero que la tensión en el cambio era mucha, y me advertía sobre el fin de lo insostenible, de una administración que calificó “del lujo”. Volvía a su puesto de alto funcionario, donde lamentaba que salario y esfuerzo no tenían relación alguna. He compartido con él la experiencia de pasar en solo meses de la abundancia de financiación sin límite y sin apenas diferenciales, a la vida de la financiación prácticamente imposible. Las fuentes están secas. Las recaudaciones no cubren los gastos corrientes y los bancos no financian más, porque ni quieren, ni pueden. Y el modelo es idéntico en uno y otro color: Agotado.

Estos días he cruzado algún correo con otro cliente. Es un alto ejecutivo de una empresa que esta intentando cuadrar el círculo de encontrar la forma en la que hacer frente a los 600 días de retraso con el que pagan sus suministros las CCAA. Suministra de norte a sur y de este a oeste. Me permití bromear al sugerirle que adoptase la solución del Santander, emitir deuda con garantía de la deuda de sus CCAA. No debía de estar de humor, porque no obtuve respuesta.

Aproveché entonces para hablar con un buen amigo que vive en los aledaños del gobierno central. Era optimista sobre la situación de las deudas de las AAPP regionales y locales, “podemos absorberlo”. Me sorprendí regañándole (cariñosamente, espero), porque no podía estar más lejos de su lectura. “No habrá anticipo electoral”, me dijo. “Nos intervendrían”. Es su opinión, pero me permití aconsejarle que tomase precaución porque mucho tiempo tan cerca del poder puede no ser saludable para su bien probada objetividad.

Pero volvamos a las agencias. La calificación a la emisión de cedulas territoriales del Santander fue AA (-), Aa2 (-) y AA (estable) por las tres de siempre. El BS goza de Aaa. ¿Había dicho ¡JA!? Buenas para colateral en el BCE. No es raro que algunos digan que el balance de Lehman era una broma al lado del BCE. ¿Y el euro? Pues ya ve, en 1,46. Bien, gracias. Se ve que también el euro está de broma. ¿Dejará de estarlo pronto? Hay demasiado tramposo. No sé, no sé. Espero. Mientras, no me fío un pelo.

1 comentario:

  1. Las fuentes están secas. Las recaudaciones no cubren los gastos corrientes y los bancos no financian más, porque ni quieren, ni pueden. Y el modelo es idéntico en uno y otro color: Agotado, dices. El panorama, el escenario como te gusta decir, no puede ser peor. Recuerdo perfectamente que hace muchos años, cincuenta nada menos, cuando el mundo era más simple, mi maestro en la escuela nos decía que en Europa se producía una guerra cada 25 ó 30 años y que así, tras la destrucción venía la recuperación económica. La guerra era, pues, una necesidad económica, una válvula de escape para solucionar los problemas. Probablemente sus palabras fueran ciertas, no lo sé.
    Pero lo que sí sé es que la situación actual es insostenible, No pretendo ser pesimista, que para eso ya estáis los economistas que anunciáis, y denunciáis, todos los males que nos asedian, esta depresión, este desencanto (¡lo peor de todo!), que no sabemos a dónde nos llevará.
    En fin, querido Economista asimétrico, cuídate. Y aunque no dependa de ti espero que algún día nos des una buena noticia. UN DESOCUPADO.

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