“Vuestra Excelencia:
Después de haber estudiado detenidamente las experiencias de todos aquéllos que se dicen maestros e inventores de máquinas de guerra, y habiendo constatado que sus máquinas no difieren en nada de aquellas comúnmente en uso, me aplicaré, sin querer ofender a nadie, en revelar a su Excelencia ciertos secretos personales brevemente enumerados aquí.
•Poseo el medio de construir puentes muy ligeros y fáciles de transportar para perseguir al enemigo que huye, otros más sólidos que resisten al fuego y a los asaltos, y que también pueden posarse y elevarse. Conozco también los medios de incendiar y destruir los puentes del enemigo.
•En caso de sitio a una fortaleza, se como vaciar los fosos de agua y hacer escalas y otros instrumentos de asalto.
•Si por su altura o por su fuerza, la plaza no pudiera ser bombardeada, tengo el medio de minar toda la fortaleza cuyos cimientos no sean de piedra.
•Puedo hacer un cañón fácil de transportar que lanza materiales inflamables que causen un gran daño y un gran terror por su hoguera.
•Para atravesar pasajes subterráneos, estrechos y tortuosos, sin ningún tipo de ruido, puedo hacer pasar un camino bajo sus fosos y bajo un río.
•Puedo construir vehículos cubiertos e indestructibles que lleven artillería y que, abriendo las filas del enemigo, quebrarían las tropas más sólidas. La infantería les seguiría sin dificultad alguna.
•Puedo construir cañones, morteros, máquinas de fuego de forma práctica y diferentes a los que actualmente se utilizan.
•Allí donde no se pueda servir de un cañón, puedo reemplazarlo por catapultas y máquinas para lanzar disparos de una eficacia sorprendente nunca conocida hasta ahora. En fín, sea cual sea el caso, puedo encontrar medios infinitos para el ataque.
•Si se tratara de un combate naval, tengo numerosas máquinas con la fuerza más grande imaginada, tanto para la defensa como para el ataque, buques resistentes al fuego más vivo, pólvora y vapores.
•En tiempos de paz, puedo igualar no importa a quién en la arquitectura, construir monumentos privados y públicos y conducir el agua de un lugar a otro. Puedo esculpir ya sea en mármol, bronce o terracota. En pintura puedo hacer lo que haría cualquiera, quien quiera que éste sea. Y además, me comprometería a ejecutar un caballo de bronce a la memoria eterna de su Padre y de la Ilustrísima Casa de Sforza.
•Y si cualquiera de las cosas aquí enumeradas le pudiera parecer imposible o impracticable, le ofrezco intentar hacerlo en su propio parque o en cualquier otro lugar que pueda complacer a Vuestra Excelencia, a la que me encomiendo con total humildad”.
La carta está dirigida por Leonardo di ser Piero da Vinci al duque de Milán, Ludovico Sforza, en solicitud de empleo en el cuerpo de ingenieros de los Sforza, algo que por supuesto conseguiría. En 1493 Leonardo recibió el título de «ingéniarius ducalis».
Después de haber estudiado detenidamente las experiencias de todos aquéllos que se dicen maestros e inventores de máquinas de guerra, y habiendo constatado que sus máquinas no difieren en nada de aquellas comúnmente en uso, me aplicaré, sin querer ofender a nadie, en revelar a su Excelencia ciertos secretos personales brevemente enumerados aquí.
•Poseo el medio de construir puentes muy ligeros y fáciles de transportar para perseguir al enemigo que huye, otros más sólidos que resisten al fuego y a los asaltos, y que también pueden posarse y elevarse. Conozco también los medios de incendiar y destruir los puentes del enemigo.
•En caso de sitio a una fortaleza, se como vaciar los fosos de agua y hacer escalas y otros instrumentos de asalto.
•Si por su altura o por su fuerza, la plaza no pudiera ser bombardeada, tengo el medio de minar toda la fortaleza cuyos cimientos no sean de piedra.
•Puedo hacer un cañón fácil de transportar que lanza materiales inflamables que causen un gran daño y un gran terror por su hoguera.
•Para atravesar pasajes subterráneos, estrechos y tortuosos, sin ningún tipo de ruido, puedo hacer pasar un camino bajo sus fosos y bajo un río.
•Puedo construir vehículos cubiertos e indestructibles que lleven artillería y que, abriendo las filas del enemigo, quebrarían las tropas más sólidas. La infantería les seguiría sin dificultad alguna.
•Puedo construir cañones, morteros, máquinas de fuego de forma práctica y diferentes a los que actualmente se utilizan.
•Allí donde no se pueda servir de un cañón, puedo reemplazarlo por catapultas y máquinas para lanzar disparos de una eficacia sorprendente nunca conocida hasta ahora. En fín, sea cual sea el caso, puedo encontrar medios infinitos para el ataque.
•Si se tratara de un combate naval, tengo numerosas máquinas con la fuerza más grande imaginada, tanto para la defensa como para el ataque, buques resistentes al fuego más vivo, pólvora y vapores.
•En tiempos de paz, puedo igualar no importa a quién en la arquitectura, construir monumentos privados y públicos y conducir el agua de un lugar a otro. Puedo esculpir ya sea en mármol, bronce o terracota. En pintura puedo hacer lo que haría cualquiera, quien quiera que éste sea. Y además, me comprometería a ejecutar un caballo de bronce a la memoria eterna de su Padre y de la Ilustrísima Casa de Sforza.
•Y si cualquiera de las cosas aquí enumeradas le pudiera parecer imposible o impracticable, le ofrezco intentar hacerlo en su propio parque o en cualquier otro lugar que pueda complacer a Vuestra Excelencia, a la que me encomiendo con total humildad”.
La carta está dirigida por Leonardo di ser Piero da Vinci al duque de Milán, Ludovico Sforza, en solicitud de empleo en el cuerpo de ingenieros de los Sforza, algo que por supuesto conseguiría. En 1493 Leonardo recibió el título de «ingéniarius ducalis».
Gracias por redescubrirnos pasajes como estos, la verdad es que sin irnos màs lejos tenemos a muchos da vincis esperando a las puertas del empleo, una pena, con tantos recursos y tan poco aprovechados. En fin, esperemos que 2011 empiece a dar los frutos que necesita nuestra España.
ResponderEliminarUn abrazo y felices fiestas junto a vuestra familia.
DE UN DESOCUPADO QUE PAJAREA AL POLIMATA ECONOMISTA ASIMETRICO
ResponderEliminarLa lectura de “El ingeniero busca empleo” en un día de Navidad me ha proporcionado la posibilidad de aprender bastantes cosas sobre Leonardo da Vinci, entre otras las siguientes:
1. El cuadro con que ilustras esta entrada en tu cuaderno de bitácora (¡es tan sugerente “cuaderno de bitácora” y tan horripilante eso de “blog” que no puedo evitar el denominarlo así) es el titulado SANTA ANA CON LA VIRGEN Y EL NIÑO.
2. Aprender cosas muy interesantes relativas al famoso HOMBRE VITRUVIO. Las notas escritas por Leonardo en relación a su conocido dibujo son de una extraordinaria precisión, el cual muestra una asimetría perfecta del cuerpo humano. (Recomendable leerlas).
3. He aprendido mucho sobre la vida del genio que también se vio en la necesidad de enviar su currículo.
4. Y también he aprendido una palabra que ignoraba: polímata (que por cierto no figura en el DRAE), palabra griega que significa “que conoce, comprende o sabe mucho”.
Aunque si hoy he aprendido eso y muchas cosas más, ayer aprendí casualmente otra palabra, de la cual también me voy a apropiar:
“Al salir a la calle en mi parada del metro también capto una frase al vuelo de alguien, un sudamericano, que está apostado al final de la escalera hablando por teléfono; le oigo que dice “…no te vas a quedar pajareando por ahí…” Me ha gustado ese gerundio y decido acopiármelo; y también su verbo, pajarear. Es bonito. Ya veré cuando se me presenta la ocasión de “pajarear”.
Esto es fabuloso. Busco en el DRAE la expresión pajarear:
pajarear.
1. intr. Cazar pájaros.
2. intr. Andar vagando, sin trabajar o sin ocuparse en cosa útil.
3. intr. Am. Dicho de una caballería: espantarse (‖ asustarse).
4. intr. Am. oxear.
5. intr. Méx. Intentar oír o enterarse de algo con disimulo.
Resulta que yo en ese momento, mientras escuchaba al ¿mejicano? ¡Estaba pajareando! sin pretenderlo (5ª. acepción). Pero es que, además, ¡venía de pajarear! (2ª. acepción).
Así que, con toda humildad de una que pajarea a un eximio economista asimétrico:
¡Gracias, maestro; gracias, polímata!
Continúo.
ResponderEliminarEsta madrugada, pajareando en un impulso propio de mi edad juvenil, me he introducido en una jaula ajena, en la del economista asimétrico y vertido comentarios, trivializando una vez más el rigor del blog (voy a llamarlo de este modo en contra de mis principios). Lo que quise decir en mis comentarios, y probablemente no conseguí, es lo muy instructivo que resulta para mí su lectura que valoro aún más, si ello es posible, cuando los mismos se alejan un poco del núcleo principal –la economía- sin salir de su área. Y también quise poner de manifiesto que el aprendizaje se puede encontrar en cualquier lugar inesperadamente a poco que uno sea observador.
Ahora veo que una de las desventajas de dejar la puerta de la jaula abierta es que puede introducirse dentro de ella algún pajarillo que ande desorientado, perdido de su bandada. El pajarillo tan sólo busca(ba) un poco de alimento intelectual. Y mientras encuentre la puerta de la jaula abierta seguirá entrando para saciar su apetito, pues si El ingeniero busca empleo el pajarillo busca refugio
Fausto, en otro momento tendrás que reflexionar sobre Vitruvio y Polímata. Lo que he leido en el DRAE no me llena. Siempre me ha impresionado Leonardo. Conozco a un inglés de madre italiana que se llama leonardo. Juega criket, toca el piano, estudia español. Ya se que no es para tanto, pero parece que imprime algún tipo de caracter. Seguro que si buscamos encontraremos buenas historias sobre su pocedencia extraterrestre, algo que sin duda se pondrá de modo desde que una afamada revista de ciencia britanica ha dedicado un monográfico al asunto. A la vida extraterrestre me refiero, no a Leonardo, que no necesita de tal revista.
ResponderEliminarBueno en todo caso, me encanta leer y contar con tus reflexiones que pasan de aquí a allá, en un caos aparente que no pierde sin embargo el hilo.
Un abrazo y siento haber tardado tanto en contestarte. Es que estamos en medio de un terremoto de c...
Tu amigo con cariño
Amigo Remi,
ResponderEliminarahora te puedo decir que quien persevera, alcanza. Bienvenido y suerte.
Un abrazo