miércoles, 30 de mayo de 2012

NO SERA UN VIERNES CUALQUIERA


La situación que atraviesa España está para pocas bromas, y tampoco está como para dedicar demasiada atención a las formas, que requieren de un análisis que se valora más en clave interna que externa. Eso no quiere decir que los posibles errores de comunicación carezcan de importancia, porque en economía nada es gratis, y hoy, la política es también economía. 

Nuestro país está ante un momento decisivo. Lo está Europa, pero España es la parte de Europa que tenemos mas cerca. El Gobierno está actuando, y en lo que importa, nos va a todos mucho en que acierte. No es que quepan demasiadas alternativas entre las que elegir, de modo que tampoco hay demasiado que discutir, y de hecho, si lo que se desea es mantener a España en el seno de la Eurozona, y recuperar un equilibrio que perdimos durante los años del endeudamiento excesivo, lo que está haciendo el Gobierno, es lo que hay que hacer. Sin una política de reequilibrio fiscal, que controle el crecimiento de la deuda, y que mantenga su coste por debajo del crecimiento nominal, no hay salida de esta situación en el marco de la moneda común. Hoy resulta fácil de decir por evidente, pero los fallos de diseño del euro, son responsabilidad del conjunto de sus miembros, y corregir estos errores en este momento es extraordinariamente difícil y arriesgado, pero no hay opción. Por eso que España pena por nuestras culpas, pero también sufre a consecuencia de los errores que los diseñadores del euro creyeron que serían subsanados con la buena voluntad y que en parte explican porque los desequilibrios parecieron menos importantes de lo que han resultado ser.

La prima de riesgo alcanza niveles de alarma. Eso lo creen los ciudadanos porque así se lo contamos los que debemos de saber por qué esto es así, pero sus particulares primas de riesgo les advierten de otras muchas formas cada día. El desempleo propio o de algún próximo, el cierre de negocios, la respuesta de los bancos cuando intenta un crédito, la sensación de amenaza sobre sus ahorros, todo eso y más, forma parte de la particular prima de riesgo de cada uno. La crisis de Bankia ha despertado mucha inquietud. Es un evento sistémico que el presidente del Gobierno pretende resolver sin recurrir a la ayuda de los fondos creados para ello en la Eurozona. Lo insistía anteayer en un lugar quizá poco apropiado, pero en otras ocasiones ha sido criticado por no responder cuando la situación era de máxima tensión. En esta ocasión eligió hacerlo, y es posible que no fuese el lugar mas apropiado, pero ¿quien sabe con exactitud cuando es en verdad apropiado? ¿lo hubiese sido si hubiese evitado comparecer?
Estamos ante días decisivos para el futuro, nuestro y posiblemente el de unas cuantas generaciones. No dedicaré el tiempo a las formas. España está haciendo un esfuerzo enorme. El Gobierno decide como repartir el esfuerzo. No es menor la parte del esfuerzo que supone sostener el euro. De los 17 actuales miembros somos el cuarto país por tamaño, y no menos por historia. Por eso el peso que sentimos es también proporcional a esa representación. Se ha hecho mucho, y eso dará réditos. Pero si hay ahora algo absolutamente crítico, es que el euro sobreviva a sus errores. Por eso el presidente no ha querido esperar para pedir que se considere al euro algo irreversible.

Cada uno de los viernes de las próximas semanas, serán momentos complicados, pero no porque el gobierno celebre Consejo, sino porque si hemos de tener un gran evento en la Eurozona, posiblemente su anuncio se hará un viernes. Cualquiera, empezando por el de esta misma semana.

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