A nuestros acreedores les preocupa que no crezcamos. Pero no por su cariño y buenas intenciones. Les preocupa que no les devolvamos el dinero, y por añadidura, que la UE no tenga capacidad de afianzarnos. En diciembre, el saldo con exterior del Banco de España registraba una fuerte salida neta de capital. Más de 30.000 millones (7.000 millones en diciembre de 2010). La composición de esa salida, tiene mucho de venta de deuda pública. Los extranjeros se deshacen de nuestra deuda pública, que es adquirida por nuestros bancos, bien nutridos por el BCE. La prima de riesgo se mantiene estable, mientras, la deuda va cambiando de manos. Pero los prestamistas extranjeros creen que nuestros bancos están mal, y comprando deuda pública no solo no se van a arreglar, sino que recibirán más de lleno todavía el impacto de las dificultades que asocian al sector público y en particular al autonómico, que nunca acabaron de comprender muy bien. Y ahí están los compromisos de saneamiento de los bancos, y los presupuestarios del Gobierno con Europa, y todo con una hipótesis de contracción del 1,7%. No es que esto sea nuevo, pero hay muchas ocasiones en las que el miedo no se refleja a la par que el susto. Como las distancias son cortas, el Gobierno tiene que responder pronto, sin dejar que el miedo petrifique.
The Cloud Gate (The Bean)
- JMPazos
- Madrid, Spain
- Escultura conocida popularmente como "the bean" en el parque del Milenium de Chicago
martes, 27 de marzo de 2012
PAX EUROPEA
A nuestros acreedores les preocupa que no crezcamos. Pero no por su cariño y buenas intenciones. Les preocupa que no les devolvamos el dinero, y por añadidura, que la UE no tenga capacidad de afianzarnos. En diciembre, el saldo con exterior del Banco de España registraba una fuerte salida neta de capital. Más de 30.000 millones (7.000 millones en diciembre de 2010). La composición de esa salida, tiene mucho de venta de deuda pública. Los extranjeros se deshacen de nuestra deuda pública, que es adquirida por nuestros bancos, bien nutridos por el BCE. La prima de riesgo se mantiene estable, mientras, la deuda va cambiando de manos. Pero los prestamistas extranjeros creen que nuestros bancos están mal, y comprando deuda pública no solo no se van a arreglar, sino que recibirán más de lleno todavía el impacto de las dificultades que asocian al sector público y en particular al autonómico, que nunca acabaron de comprender muy bien. Y ahí están los compromisos de saneamiento de los bancos, y los presupuestarios del Gobierno con Europa, y todo con una hipótesis de contracción del 1,7%. No es que esto sea nuevo, pero hay muchas ocasiones en las que el miedo no se refleja a la par que el susto. Como las distancias son cortas, el Gobierno tiene que responder pronto, sin dejar que el miedo petrifique.
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