lunes, 19 de marzo de 2012

LESS GLOOM, BUT NO BOOM


Señalaba la Gerente del FMI este fin de semana desde China refiriéndose a la economía mundial que “estamos un poco mejor que hace seis meses”. Después de que se encontrase la fórmula para aliviar la amenaza griega, hay un giro en la atención hacia aquello que no va tan mal y como si fuese de pronto, aparecen signos muy diversos, unos más sólidos y otros más fugaces, que intentan reconciliar una percepción de la realidad dominada por lo negativo, con una realidad misma que pone colores menos grises en la paleta. Ahí están los datos de creación de empleo en EE.UU. a ritmos no vistos desde hace seis años, acompañados de su correspondiente crecimiento del gasto de consumo y de la todavía más importante recuperación del crédito. Ahí está el comienzo del proceso de recálculo de perspectivas sobre la política monetaria en EE.UU., que empieza a incorporar esos síntomas de consolidación de la recuperación, retirando a la recámara la posibilidad de una QE3 con lo que eso significa, pues implica la existencia de munición que ni siquiera precisa estar a la vista. En Europa lo bueno viene sobre todo de lo que de momento se ha podido evitar, pero también de unos indicadores de expectativas que ofrecen registros negativos más moderados de lo que se esperaba que ofreciesen. Lo cierto es que los síntomas permiten a The Economist dedicar su portada a la recuperación, guardando mucho la ropa, y enfriando el posible entusiasmo del lector con uno de sus subtítulos: “Less gloom, but no boom”. ¿Dónde hay que firmar? diríamos muchos.

La cuestión está en tratar de aventurar si el cambio de percepción puede consolidarse y con ello alterar la marcha de los mercados financieros. Si es así, habría que empezar a preguntarse hasta que punto pueden verse modificadas las correlaciones que hasta ahora nos ayudaban a identificar pautas, y de que modo puede comenzar a pesar en el comportamiento de los mercados el temor a la inflación como un fenómeno emergente. Señalaba a este respecto uno de los considerados “halcones” entre los gobernadores de la FED, que un alza de tipos es probable que se precise en algún momento en 2013. Los mercados lo respaldan con los hechos, pues están empezando a incorporar en las cotizaciones un alza de 25 pb a finales de 2013.

Desde el mundo de las materias primas no cabe esperar buenas noticias en materia de precios, y solo se precisa que la demanda final esté en disposición de soportar incrementos de precios, para que la presión que ahora se queda dentro de las factorías se traslade a los precios finales. Si este es el proceso, no sería la peor noticia, pero lo cierto es que los mercados ya empiezan a demostrar con su comportamiento esta emergente sensibilidad. De momento la Reserva Federal ha querido frenar el cambio de expectativas mencionado que la recuperación sigue débil y que el alza de precios de gas y petróleo es temporal. La proximidad de las presidenciales obliga a aplicar a esta manifestación un factor de corrección. Y es que los republicanos están utilizando los precios de la gasolina como argumento.

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