Acaba de señalar la gerente del FMI que es “improbable” que el euro desaparezca en 2012. Nótese que no lo descarta, y si acaso manifiesta su deseo de que Grecia se mantenga en la moneda única, algo de lo que ya dudan abiertamente hasta los propios griegos. Lo que la gerente del FMI deja caer es que el euro de final de 2012 será una moneda distinta. Es seguro que no estará Grecia y es posible que tampoco esté Portugal, y quien sabe si Irlanda o Malta. Más difícil es saber si estarán Italia y España.
Si la UME se articula a través de un nuevo tratado en el que caben exclusiones o autoexclusiones, será extraordinariamente difícil que los países atrapados en un nivel de deuda que nunca podrán devolver, sean capaces de cumplir los requisitos que imponga el nuevo tratado y por lo tanto opten por abandonar temporalmente el euro. Que países van a estar y cuales no, seguro que ya está escrito en alguna lista. La lista ya es conocida por aquellos que están. De ahí se puede salir, pero no entrar. La lucha de Italia y España está ahora en mantenerse en la lista. Aparentemente los italianos lo tienen peor, pero resultaría difícil excluir a un país que ya tiene superávit fiscal primario, caso único en Europa, y dejar dentro a España con una de las mayores deudas externas del mundo y casi todo por reformar.
El BCE esta siendo utilizado, pero no para reparar, solo para evitar un desastre, ya sea este financiero o soberano. Desde ese punto de vista, el euro es más seguro de lo que ha sido nunca desde que se inició la crisis. Por eso la manifestación de la francesa que dirige el FMI no puede leerse literalmente, e incluso puede permitirse manifestar la duda. Mientras el BCE ofrece tiempo, España e Italia, pero también Bélgica o Francia tienen que preparase para el cambio. Habrá que soportar circunstancias difíciles como un nuevo recorte global de calificaciones, y eso hará daño al euro, pero solo en su cotización y de forma temporal. Será mientras quienes lo comparten tengan divergencia en los tipos de interés de largo plazo, es decir, mientras no exista unión fiscal. Esa divergencia se anulará con algo similar a los eurobonos. Con costes de financiación compartidos, los miembros de la nueva unión fiscal, podrán acompasar su ritmo de reequilibrio presupuestario a la necesidad de sostener crecimiento, y será posible entonces hablar de un calendario de ajustes más laxo que el actual. No antes.
Saber si España estará es cuestión a resolver en este primer trimestre. Si como dice el Ministro de Economía las reformas son “drásticas” entonces tenemos una oportunidad. En ningún otro caso. Mientras esto se despeja, no hay demasiadas monedas en el mundo en las que invertir para esperar. Limitados por intervención el yen y el suizo apenas queda el dólar, que por un tiempo breve puede ofrecer refugio. Y es que en este 2012, la política ha de cambiar muchas cosas, de modo que también en el mercado de divisas, casi todo va a ser,… política.
Acertado análisis compañero...
ResponderEliminarPero siempre peleando por evitar el descenso...nos empezamos a parecer al Alcoyano..o el Catania...
Cuidate
Fijate lo que le ocurrió al Mirandés. Podemos? SI.
ResponderEliminarUn abrazo