Quizá sea de agradecer que la semana empiece para nosotros un día más tarde, aunque esto suponga entrar de bruces en la que quizá sea la semana más importante desde la que concluyó con el rescate del euro en el mes de mayo. Y es que por lo que respecta a la sesión de ayer no nos hemos perdido mucho, salvo algunas dudas más sobre Grecia, y un movimiento de ida y vuelta en el dólar a la espera de lo que venga, que no se sabe si será bueno, pero al menos será emocionante.
Importantes son las elecciones legislativas en EE.UU. De lo que de ellas resulte dependerá ya no solo el que se pueda abordar nuevas medidas, sino la ejecución de las ya acordadas, y con ello presumiblemente las posibilidades de reelección del Presidente, que tiene a 15 meses vista los llamados caucus de Iowa que marcan el comienzo de las primarias para la Presidencia. Decía una encuesta efectuada por Bloomberg, que entre los que tenían previsto acudir a votar, dos de cada tres creían que esta Administración había subido los impuestos y que la economía no había crecido. Además, creían que el dinero prestado a los bancos no iba a ser recuperado. No son verdad en sentido estricto las dos primeras creencias, y está por ver la tercera. Es cierto que una parte significativa del crecimiento de los últimos cinco trimestres viene de la acumulación de inventarios, es decir, que es detracción de crecimiento futuro. Así se puso de manifiesto con el dato de PIB del tercer trimestre conocido el viernes, al que si eliminamos la producción para inventarios, el crecimiento del 2% (sobre el trimestre anterior y anualizado) se vería reducido al 0,5%. Puede que sea esta la causa de que los norteamericanos no perciban el crecimiento. Más discusión exige el asunto de los impuestos, que efectivamente han sido reducidos a la clase media por esta Administración.
En lo inmediato, y en lo que al dólar respecta, es más importante el ritmo que la Reserva Federal vaya a dar a esta nueva fase de impresión de dólares, que es lo que en ciencia económica se llama relajación cuantitativa. Fabricar dinero. Pero ¿cuánto dinero y para qué? Hasta la fecha, la FED ha creado 1 billón de dólares, importe que pasa a acumularse en los balances del sistema financiero, es decir, en los bancos. Decía hace unos días el Nobel Robert E. Lucas que tenía dudas sobre la eficacia de tal medida, a tenor de que tales recursos no habían desde luego servido para incrementar el nivel de crédito. Ciertamente el grueso de ese dinero ha sido prestado por los bancos al Gobierno y no a las empresas. Con datos de Cato Institute, entre diciembre de 2008 y octubre de 2010, los bancos han comprado bonos del Gobierno por 335 millardos, mientras el crédito cae en 455 millardos. No es extraño que Lucas tenga dudas. Quién sabe cual será la situación si los dólares se producen de modo más masivo.
Habrá que ver. De momento la simple expectativa no es mala para España. Indirectamente estimulará también las compras de nuestros bonos.
Dios te oiga Jose Manuel, pero me temo que las Cámaras van a cobrar otro rumbo más limitador.
ResponderEliminarCuidate
No creo que le quede mucho recorrido en esta política a Bernanke, de modo que es razonable pensar que es la ultima fuerte andanada de liquidez, que como tu sabes ya no es el problema.
ResponderEliminarRespecto a las elecciones, si Obama es bueno en las distancias cortas, es ahora cuando lo vamos a ver. Si decide decir que la culpa es de sus "enemigos" entonces malo.
Un abrazo
Hola José Manuel:
ResponderEliminarNo sé por qué, pero nunca he logrado sacarme de la cabeza que los votantes norteamericanos son más simples que una hoja de col y por ello enormemente influenciables. Quizá por ello, más que votar a favor de... lo hagan en contra de..., una costumbre con arraigo en nuestro país.
Un abrazo.
Saludos Josep,
ResponderEliminarQuizá en esta ocasión y al calor del Tea Party cabe más que en cualquier otra circunstancia tu reflexión. De todos modos, reconozco mi admiración por la fuerza de su sociedad civil, tanto sea para estar en contra como a favor de algo.
Gracias por tu reflexión.
Un abrazo