sábado, 10 de noviembre de 2012

FINANCIARSE: LA INNOVACION A LAS PUERTAS



Alrededor del mundo del crédito, no hay en este momento más que problemas. Problemas para devolver lo que se debe, ya seas particular, empresa, banco, ente gubernamental, o Estado soberano; e ídem de ídem si lo que pretendes es pedir. Los bancos centrales del mundo desarrollado han inundado de liquidez el sistema financiero a precios de derribo y se han sentado a su vez sobre balances llenos a rebosar de papel, es decir, de promesas de pago de toda índole.

Algunos, no pocos, temen que semejante jugada no acabe bien. Si las cosas van mal podrían colapsar los bancos y los gobiernos y tras ellos los bancos centrales. Entonces adiós y volvemos al trueque. Si las cosas van, digamos bien, entonces el sistema financiero vuelve a funcionar y será tarea de los bancos centrales drenar la liquidez a ritmo suficiente como para evitar un desastre inflacionista. Como esto último queda hoy muy lejos no es objeto de demasiada atención, pero no van mal aquellos fondos que trabajan sobre las expectativas inflacionistas. Ya llegará el momento de hablar de esto. Ahora no. El problema ahora es diferente. Es la deflación, causada en gran parte por la carencia de financiación para actividades de crecimiento.
Esta falta de financiación es crítica en países como España. Con una economía bancarizada hasta el tuétano, las empresas españolas se ahogan aun teniendo un sólido negocio. ¿Hay alternativas?, ¿dónde buscar?  Es muy frecuente que a consultores, como es el caso de quien escribe, nos pregunten sobre oportunidades de obtener financiación exterior. El problema es que estamos en un contenedor llamado España, del que no podemos escapar y con esquemas interiorizados de financiación que basados en la garantía de bienes reales, no pueden exportarse.
No todas las empresas en el mundo se financian del mismo modo. Hay otras formas. Voy a apuntar una. ¿Qué es algo que todas las empresas tienen?, ¿qué es lo que las prestigia?, ¿cuál es su mejor garantía de continuidad?, ¿sus instalaciones?, ¿sus inversiones?, ¿su internacionalización? No. Son sus clientes. Los clientes representan el mayor valor de una empresa.
Pues bien, créame amigo que por ahí asoma la gran transformación de la financiación empresarial para muchas de las empresas españolas que ahora amenazan con ahogarse. Créame también que no inventamos nada. Inventar sí, pero innovar no necesita de genios, decíaSchumpeter. Pues bien, en financiación empresarial ha llegado el momento de innovar. Y esté atento, porque la innovación está a las puertas.

Articulo publicado en ZOOMNEWS

No hay comentarios:

Publicar un comentario