Veamos:
Los puntos centrales del mecanismo de intervención diseñado por el BCE que se anunciarían hoy se concretan en: i) compra ilimitada de deuda soberana; ii) esterilización de las compras, de forma que se retire del sistema la misma cantidad de dinero que entra. Hasta ahora, el BCE ha esterilizado todas sus compras de deuda en los mercados mediante la oferta de depósitos semanales que mitigasen el efecto inflacionista de estas compras; iii) las compras sólo se centrarán en bonos a relativo corto plazo: dos y tres años; iv) no se establecerán de forma pública umbrales de rentabilidad; v) el BCE renunciará a ser acreedor preferente, siendo tratado en las mismas condiciones que los acreedores privados.
Todas estas medidas exigen contrapartidas para los países que se vean apoyados con la compra de su deuda. De hecho, las fuentes señalan que el mecanismo sólo entrará en funcionamiento bajo condiciones muy estrictas y una vez que se haya solicitado la ayuda del fondo de rescate europeo. La intervención del BCE estará supeditada en todo momento al estricto cumplimiento por parte del país en apuros, de las exigencias de ajustes y reformas impuestas por el Eurogrupo. Las mismas fuentes que han ido filtrando la información indican que la reunión se centrará en este programa de compra de bonos, lo que significa que “no habría tiempo para debatir sobre tipos de interés”.
Curiosamente y una vez que se “desvele” el plan anticrisis de la institución monetaria europea, el primer país que se está considerando como posible objetivo de este plan de compras es Portugal, en reconocimiento a sus esfuerzos de austeridad. Aunque el plan es visto con destino fundamentalmente a las economías de España e Italia, Portugal puede verse beneficiada y servir de ejemplo de las políticas de recorte. Desde la UE y el FMI se ha elogiado al país vecino.
Los mercados están preparados, de hecho, los mercados están en una fase de narcolepsia desde hace ya mucho tiempo. No se va a atrever ningún banco central a alterar ese estado. Pero eso no les gusta a los banqueros centrales de Alemania, accionistas principales del BCE. Ellos lo consideran una operación de enorme riesgo. Pero son los principales, no la mayoría. Por eso el BCE una vez más va a actuar contra el criterio de su mayor accionista. A los mercados les importa más bien poco. Solo quieren más de lo suyo. Como van a reaccionar bien, -que remedio-, los ciudadanos, van a percibir la sensación de inestable tranquilidad y temporal alivio de los mercados como algo propio, y bueno.
La realidad es que estamos ante una prórroga, una más. Que alivia a los mercados, que ganan con esto, y a los políticos que ven aliviada la presión de los ciudadanos. Esto es ante lo que estamos. Un ciudadano, al final del día de hoy, y tras lo que pueda decir y/o hacer el BCE que aquí se anticipa, y tras la rueda de prensa de Merkel y Rajoy de la que esperar nada de valor, tienen que seguir con la misma intensidad en lo que están, porque el día de hoy solo sirve para como en los videojuegos, obtener alguna que otra vida extra. Puede ser incluso peor, como todo lo que se hace de forma irregular, pero tampoco conviene contar todo de golpe.
El Economista Asimétrico
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