jueves, 30 de agosto de 2012

EL AGUJERO ESPAÑOL



Mucho de lo que hay estos días en los mercados financieros, o está relacionado con el rescate español, o con la reunión del BCE de la semana que viene. Para que el BCE ayude tiene que pedirlo España, y esa solicitud de asistencia se calificará aquí con el eufemismo que se quiera, pero todo el mundo sabe lo que es. También está Italia en el asunto, del mismo modo que lo están casi todas las CCAA en relación a la Administración Central, pero no todas están igual de mal. No es lo mismo tener una deuda neta externa grosso modo del 20% del PIB (Italia) que del 100% (España). Por eso que si antes la brecha se abría a partir de Francia, la brecha ahora empieza a dejar a Italia en el lado francés.

El BCE se supone que acordará un mecanismo de compra de deuda con vencimiento de corto plazo (se estima que bonos hasta 3 años) que ejecutará con discrecionalidad para no hacer más fácil, sino menos, la vida a quienes especulan con deuda. Según Financial Times, el presidente del BCE suspende su presencia del fin de semana en Jackson Hole, porque ha de atender al Spanish hole. Tenía día gracioso el redactor. La columna editorial del lunes, también dedicada a España, hacía menos gracia, pero daba bastante en el clavo, al referir el problema español al asunto de sus regiones, que es una forma de referirse a las carencias de la organización territorial del Estado, y a la incoherente política de comunicación del Gobierno que espanta a los inversores. Aquí puede leerlo

El caso es que aun no hemos llegado a septiembre y es absolutamente imposible esconder lo que enfrentamos este curso. Y es que aunque la reunión del BCE es lo primero, (antes habrá que consumirse en descifrar lo que el gobierno dictamine sobre el sistema financiero mañana viernes), la semana siguiente y en concreto el miércoles 12 hay que recordar que es la fecha prevista para que se pronuncie el Tribunal Constitucional alemán sobre lo que hace su Gobierno y su banco central, saltándose el Tratado de Maastricht y rescatando a países, algo expresamente prohibido. En fin, que nuestro problema es su problema, estrategia a la que han jugado algunos en Europa. También España. El mismo día 12, Holanda celebra elecciones generales. Este país vio caer a su Gobierno en abril por no ratificar los planes de ajuste de Bruselas. Y sigue sin hacerlo. Los socialistas lideran las encuestas y son entre poco y nada partidarios del ajuste. Aquí más detalles. De hecho, su líder utiliza la expresión “sobre mi cadáver”. Lo mismo que la Canciller alemana sobre los eurobonos. Sin embargo, no está desgastándose mucho el euro, aunque seguro que lo hace antes de llegar al día 6. Después ya veremos.

martes, 28 de agosto de 2012

ADICCIÓN


Se acerca el final del verano, y continuamos en una situación más propia de mercados intervenidos. Una cosa es que agosto no sea el caos de otros años, y otra es que casi cualquier medida de volatilidad esté en mínimos. Se mire donde se mire. Hay un sector del mercado que le da relevancia a esta aparente apatía, y no son pocos los casos en que esta apatía y bajísimo nivel de la volatilidad se interpreta como preludio de mercados alcistas. Parece mentira, porque la situación general es más propia de días o semanas “clave”, de esas que ya llevamos la enésima.

El caso es que uno de los índices de más reciente creación, elaborado por un instituto alemán y que trata de reflejar el estado de ánimo entre los inversores sobre la posibilidad de ruptura del euro, muestra moderación respecto a hace un mes. La probabilidad de que al menos un país abandone se sitúa ahora en el 61.9% casi 11 puntos menos que en julio, y sigue siendo Grecia con una probabilidad de abandono del 96.4% quien lidera, (96.9% en julio). Chipre, España y Portugal también aparecen, aunque a considerable y decreciente distancia. La novedad viene de mano del alza de probabilidad de salida de países centrales como Alemania (20.5%) y Finlandia (9.3%) subiendo 11 puntos los alemanes y 2 los finlandeses.


Sirva como referencia el mercado de divisas. Al cierre del mercado europeo de un día cualquiera como el del lunes, el rango del dólar 1.2490-1.2536, era todavía más estrecho que el de las sesiones de jueves (1.2523-1.2590) y viernes (1.2481-1.2580). Similar pauta en otras divisas como la libra (0.7902-0.7928) y el yen (98.31-98.71). Hay muchas ocasiones en que los bancos cotizan divisa a quien no tiene precaución con diferenciales entre cambio comprador y vendedor bastante más amplios. Por no hablar de los cambios aplicados cuando uno tiene la mala idea de retirar efectivo de un cajero en un país no euro, como más de uno habrá tenido oportunidad de comprobar este verano. Una estafa.

En los tiempos que vivimos siempre hay posibilidad de que salte alguna sorpresa, pero el panorama puede ser semejante hasta el seis de septiembre. Dice el Presidente del Bundesbank que la intervención en los mercados de bonos puede crear adicción. Habrá que considerarlo una ironía, porque no hay precedente en los tiempos modernos de libertad de movimientos de capital de unos mercados tan “drogados”. En cuanto asoma la posibilidad de nuevas dosis se recupera algo la euforia, sin entusiasmo. Cuando esta posibilidad se ve amenaza (nunca es mucho, y normalmente desde Berlín) entonces se deprimen un poco. No mucho. Mientras tanto, dormitan, como un adicto, sabiendo que de un modo u otro habrá más droga. ¿Más comportamiento adictivo, Sr. Presidente del Bundesbank? ¡Ah!, ¡que se refiere a los Gobiernos y su adicción al gasto!. Eso es de más difícil arreglo.

jueves, 2 de agosto de 2012

BCE: NO PASA NADA


Mostraba su profundo disgusto la Canciller alemana por los resultados de una encuesta encargada por el semanario Stern, que entre otras cosas señalaba que más del 50% de los alemanes apoyarían el abandono de la Unión Monetaria. Pero es posible que su preocupación esté más relacionada con el pesimismo económico, pues un 57% de los alemanes lo son, frente a un 12% de optimistas. Demuestra que los alemanes sienten de cerca la crisis.   

Pero el estado de opinión poco favorable al proyecto europeo no solo es alemán. Inspirado en los resultados que ofrecerá el Eurobarómetro se filtraba ayer que la confianza de los europeos en la UE caía a su más bajo registro histórico con un 31% de promedio. Ni Grecia, donde solo el 19% de sus ciudadanos confían en la UE, ni España donde los que confían son el 21%, alcanzan la media. En los dos países, el deterioro respecto a otoño de 2011 es de casi 10 puntos. Es curioso que este desencanto ciudadano coincida con el momento de la crisis donde el discurso político se ha centrado con más fuerza en la defensa del euro, y es precisamente hoy un día en el que se examina hasta donde llega esta voluntad de defensa. 
La posibilidad de que no se llegue en este momento demasiado lejos es mayor que la contraria, y esta conclusión se ampara fundamentalmente en que, de modo semejante a lo que ocurrió ayer con la Reserva Federal, cada vez los bancos centrales tienen un recorrido más limitado en la aplicación de medidas “no convencionales” y a pesar de mantener un discurso favorable a ello, se ven obligados a administrar la credibilidad que les resta del modo más prudente posible. Los niveles de deuda pública son muy elevados en todos los países desarrollados y nadie puede asegurar que no pueda llegar a desatarse una ola de desconfianza sobre una deuda como la norteamericana o la británica que coloque a la economía mundial en una situación imposible. Algunos importantes inversores han perdido mucho dinero por tempranas y fallidas apuestas contra la deuda norteamericana, pero un estado de opinión así siempre es un monstruo que puede despertarse. 

El BCE que ha incrementado su cartera de deuda pública de una forma explosiva desde que tuvo que emplearse con fuerza, en particular a partir del verano pasado, tiene ahora 212.000 millones en deuda de países “estresados”, y a pesar del discurso contrario alemán, va a tener que encontrar la forma de reducir el coste de financiación de Italia y España. Lo que no es discutible a estas alturas la voluntad de salvar el euro. Hoy es un día más importante por lo que debe de evitarse que por lo que vaya a solucionarse. Por eso que es más probable un lapso de desencanto. Pero no pasa nada.

En mi opinión, el BCE reanudará la compra de deuda en el mercado secundario, abrirá la puerta para que los fondos europeos la compren en el primario, y todo eso exigirá condicionalidad indirecta, es decir que solo se hará tras solicitud española, y sometida al cumplimiento de los objetivos comprometidos.  Y como todo esto es lento,  cabe que el mercado se desinfle un poco. Pero no pasa nada. Al menos no pasa nada que no haya pasado ya.

El Economista Asimétrico