El BCE se supone que acordará un mecanismo de compra de deuda con vencimiento de corto plazo (se estima que bonos hasta 3 años) que ejecutará con discrecionalidad para no hacer más fácil, sino menos, la vida a quienes especulan con deuda. Según Financial Times, el presidente del BCE suspende su presencia del fin de semana en Jackson Hole, porque ha de atender al Spanish hole. Tenía día gracioso el redactor. La columna editorial del lunes, también dedicada a España, hacía menos gracia, pero daba bastante en el clavo, al referir el problema español al asunto de sus regiones, que es una forma de referirse a las carencias de la organización territorial del Estado, y a la incoherente política de comunicación del Gobierno que espanta a los inversores. Aquí puede leerlo.
El caso es que aun no hemos llegado a septiembre y es absolutamente imposible esconder lo que enfrentamos este curso. Y es que aunque la reunión del BCE es lo primero, (antes habrá que consumirse en descifrar lo que el gobierno dictamine sobre el sistema financiero mañana viernes), la semana siguiente y en concreto el miércoles 12 hay que recordar que es la fecha prevista para que se pronuncie el Tribunal Constitucional alemán sobre lo que hace su Gobierno y su banco central, saltándose el Tratado de Maastricht y rescatando a países, algo expresamente prohibido. En fin, que nuestro problema es su problema, estrategia a la que han jugado algunos en Europa. También España. El mismo día 12, Holanda celebra elecciones generales. Este país vio caer a su Gobierno en abril por no ratificar los planes de ajuste de Bruselas. Y sigue sin hacerlo. Los socialistas lideran las encuestas y son entre poco y nada partidarios del ajuste. Aquí más detalles. De hecho, su líder utiliza la expresión “sobre mi cadáver”. Lo mismo que la Canciller alemana sobre los eurobonos. Sin embargo, no está desgastándose mucho el euro, aunque seguro que lo hace antes de llegar al día 6. Después ya veremos.