viernes, 29 de junio de 2012

¿¡ALEGREMONOS!? QUE NO ES POCO


Bien está que esta mañana nos hagamos cruces por lo que aparenta un resultado del tipo ESPAÑA/ITALIA 1; ALEMANIA 0 pero sin restar importancia a lo que las declaraciones apuntan, en el acuerdo político de esta madrugada, hay muchos jugadores más, y siguiendo con el símil, no estamos aun en la final, y mucho menos en situación de decir “y sin condiciones, eh!!!” ¿Cómo que sin condiciones? ¿Dónde se ha visto que alguien preste nada a nadie sin condiciones? 

Pero no solo eso. Conviene preguntarse acerca de los mecanismos de ratificación de las decisiones del Consejo, porque contra lo que puede parecer esto no es todavía una unión política de Gobierno único que regula a través de Real Decreto como solemos hacer aquí. Basta recordar cual es el estado de aprobación del MEDE, el mecanismo permanente que según los líderes europeos va a perder el nivel de deuda senior. ¿Qué pasa entonces con los que aprobaron el MEDE con ese rango? Pues que tendrán que revisarlo y aprobarlo de nuevo en su caso. Es decir, que esto llevará su tiempo, y en algunos países levantará ampollas. Lo que no podrá esperar serán las condiciones. O eso, o un verano difícil, como suele ser habitual. El Gobierno elige, o le dan desde dentro o le dan desde fuera, pero dar, le dan. 

Sirva esta reflexión, no para jorobar, sino para que tengamos en cuenta que en ocasiones tendemos a juzgar los resultados de los Consejos europeos como si fuesen resoluciones de Consejos de Ministros, aunque todos sabemos que no. 

Tiene esta cumbre el mérito de haber doblado el brazo al mercado durante al menos una sesión, y dice el Primer Ministro italiano que ha servido para evitar un lunes negro. Al menos a él si puede habérselo evitado, porque no puede decirse que la situación de su Gobierno fuese precisamente cómoda. Lo que si es verdad que no ha habido oportunidad, es decir, no se ha dejado resquicio para que al menos con carácter inmediato, la prensa anglosajona, experta en rebuscar y encontrar los agujeros que suelen dejar los líderes europeos en sus cumbres, llamémoslas “históricas”, no ha habido oportunidad digo, de que nos mostrasen ante el espejo nuestras vergüenzas.

Ahora bien, de ahí a afirmar que no hay condicionalidad, ja, ja y ja. Bien está lo que bien acaba, y esta fase solo acaba de comenzar. Alegrémonos que no es poco.

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