Pero ante lo que parece el agotamiento de la capacidad paliativa de los gobiernos, única medicina que hasta el momento se ha aplicado en la crisis del euro, es normal que cada vez más, las personas y las organizaciones empiecen a sentir la urgencia de hacer balance de su situación y analizar como están preparadas para arreglarse por sus propios medios.
Desde la perspectiva patrimonial, la exportación de capitales en distintos grados y revistiendo distintas forma hace tiempo que se ha ido activando. La ausencia de un control de cambios, permite mover el ahorro líquido sin demasiada dificultad. La oferta de posibilidades es relativamente amplia, aunque es imposible encontrar satisfacción a un ansia de seguridad absoluta.
En las empresas, en particular aquellas muy dependientes de la financiación del circulante para mantener su actividad, es donde la situación preocupa más. En los casos en los que ha sido posible, se han puesto en marcha procesos de negociación con las entidades financieras tendentes a asegurar la financiación del circulante a largo plazo. Estos procesos, consumen meses, y han de aprovechar “ventanas temporales” que se abren y cierran en función de las circunstancias de los mercados. Los últimos movimientos bancarios, la rebaja de la calificación crediticia de España e Italia que traerá rebajas en cascada de la calificación de sus bancos, la desconfianza que genera una crisis como la de Dexia, una de las entidades más solventes según los test de estrés, examen que no quiso tener en cuenta el riesgo soberano; todo esto está llevando a que los mensajes “buenistas” que tanta venta tuvieron hasta hace poco tiempo, empiecen a ser rechazados y los gestores quieren saber que hacer en función de los distintos escenarios que pueden tener que afrontar. El que parece más amenazador, es el de una crisis bancaria, que se traduzca en limitaciones al descuento de papel comercial. Normas como la 58 están siendo objeto de particular análisis por las entidades. “El problema no está en tu empresa, está en tus bancos”. Es una respuesta común en estos tiempos cuando un CFO pregunta ¿A mí?, ¿por qué?
Más claro agua compañero!
ResponderEliminarY va para rato, así que convendría ir reservando sitio en las Fidji
Cuidate
No fastidies, que vamos a hacer falta todos y aun así ya veremos. Desde aquí, podemos.
ResponderEliminarUn abrazo