martes, 13 de abril de 2010

¿ACERTAR? MEJOR NO ERRAR



Uno de los economistas más activos últimamente en la prensa española me enviaba el artículo que publicaba ayer en Expansión, en el que señalaba que el dólar vivirá en el filo de la navaja teniendo como barra de equilibrio la confianza de los inversores en la capacidad del país para refinanciar sus pasivos exteriores.

Otro artículo, en este caso enviado por un director financiero, y publicado por el diario El Mundo, se preguntaba sobre si la crisis del sistema financiero no sería ya suficiente como para que nos acercásemos al fin de la “excepción británica” es decir, a la desaparición de la libra esterlina por su incorporación al euro.

Otro personaje, economista catalán, conocido por sus extravagantes americanas, y para más señas Catedrático de la norteamericana Universidad de Columbia, señalaba en Punto Radio que habrá Bancos y Cajas en España que sufrirán “un auténtico tsunami”.

Me decía ayer un director financiero que se relaciona con el dólar a través de las compras, que el pasado jueves, cuando la moneda americana se cruzaba a 1,33 con el euro, había tenido oportunidad de comentar con su equipo, lo poco probable que veían una cesión de este más allá de 1,35 -este mismo lunes alcanzabamos 1,3690). También el jueves, otro Director Financiero, que contempla el dólar como exportador, había empleado el día en intentar convencer a su Director General, de que tras varias semanas de espera, había llegado el momento en 1,33 de cerrar una parte importante de la exposición. Hubo de esperar al viernes para obtener el placet y proceder al cierre. Un tercer director financiero, particularmente apreciado por mi, me animaba el viernes a recuperar una muy antigua costumbre de detallar las recomendaciones de actuación para importadores y exportadores, de modo que con una simple ojeada se obtuviese la impresión de si había que hacer algo o no. “El tiempo; no tenemos tiempo” fue uno de sus argumentos.

La verdad es que dio en el clavo de una de mis principales inquietudes. La clave para alguien que se dedica a esto de interpretar los mercados, está en encontrar el modo sencillo de expresar sus recomendaciones en el que los beneficios de un mensaje sin matices, superen siempre a los posibles inconvenientes. Y es que si atendiésemos a uno de los gestores españoles de fondos más premiados internacionalmente, nos ahorraríamos ese trabajo, pues en su opinión, cualquier previsión sobre el comportamiento de los mercados financieros a menos de dos años es una estupidez.

Aun no estando demasiado lejos de este planteamiento, los asesores tenemos el reto de ayudar, pero sin conducir a errar. Es evidente que ninguno sabemos a ciencia cierta que hará el dólar, o si la libra se incorporará al euro, o si tendrá o no lugar el tsunami que se advierte sobre bancos y cajas. En cuanto a pronósticos, unos y otros conjeturamos. Aun así, hay espabilados que van diciendo por ahí, que fallamos en acertar donde va el dólar. Pues claro que fallamos. ¿Y? Deben de pensar que el modo de hacer pronósticos acertados viene en algún manual secreto al alcance de iniciados. Todos nuestros interlocutores de esos últimos días tuvieron su recomendación. Clara, concisa y concreta. En esto, rara vez fallamos. Creemos que el dólar tiene bastante más espacio para apreciarse, que la libra no desaparecerá en el euro, y que los tipos de interés se mantendrán bajos. Pero son conjeturas. Lo que sabemos, y en eso no conjeturamos, es lo que debe de hacerse en todos y cada uno de los casos que se nos plantean. Nuestro reto está en encontrar una forma sencilla que alerte. Válida sobre todo para aquellos que manifiestan que “no tenemos tiempo”. Esperemos lograrlo.

1 comentario:

  1. Hola Jose Manuel
    Buena descripción y dignóstico. Yo siempre os he visto como a los meteorologos...y les hago caso.
    Un saludo

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