Dudas, Deuda y Desempleo. Las tres D´s que afloran para dar relevo a otra D, la de Dubai. Decía hace meses The Economist, que es la D letra maldecida de esta crisis. Depresión, Deflación, Déficit, Derivados… Algunos creen que también la D de Dólar evoca los mismos malos augurios.
Pues bien, a pesar de que el futuro del dólar precisará para dibujarse con más nitidez, el que antes se resuelvan incógnitas que ahora afectan a otras de las D´s, lo cierto es que en los últimos días, la presión bajista que venia soportando, ha dejado lugar a una situación más relajada, que incluso tiene cierto aire de rally alcista, y cuya causa, si hubiésemos de atender a los argumentos más repetidos, estaría más en deméritos ajenos que en méritos propios. Sin embargo, si bien la recuperación es intensa sobre todo frente al euro, con el que se cambia en el mejor nivel de dos meses, no es más moderada frente a otras divisas como el yen o como la libra, frente a las que el dólar sigue recorridos que se ven influenciados por la toma de posturas más comprometidas en el terreno cambiario de sus respectivos gobiernos, como es el caso de Japón. Que el dólar recupere y lo haga con carácter general, implica un posicionamiento a su favor; al menos de corto plazo, y por lo tanto, invita a seguir este movimiento con un poco más de atención que otras ocasiones, donde podían argumentarse motivaciones de carácter técnico o circunstancial, afectando a una concreta paridad. Este es el primer aspecto a considerar en la lectura que hagamos del recién nacido movimiento.
Otro aspecto significativo que tenemos que considerar, es que este movimiento tiene lugar en un momento de cambio de fondo. El que determina el hecho de afrontar un periodo de menor abundancia de liquidez. Al bajar la marea, se dan las circunstancias para que se expongan las debilidades provocadas por un exceso de deuda. Tanto mayores cuanto más vinculadas a una estructura de predominio bancario, y peor si las actividades financiadas no necesariamente implicaron una clara creación de riqueza. Es el caso de algunas economías europeas, tanto dentro como fuera de la zona euro. Y si los EE.UU. se adelantaron en el rescate del sector financiero, lo hacen ahora de nuevo cuando se trata de estimular la creación de empleo. Hacia aquí se dirige el Plan anunciado el pasado martes por su Presidente. La destrucción de ocho millón de empleos desde el inicio de la crisis y el crecimiento de la población activa (100.000 por mes), exigiría de la creación de cerca de 300.000 empleos cada mes durante los próximos cinco años para alcanzar de nuevo el pleno empleo. Son sencillos cálculos del Nobel Krugman que se basan en las estimaciones del departamento de trabajo de EE.UU. que apuntan a que la economía será capaz de crear 15,3 millones de puestos de trabajo, pero en 10 años, a razón de 125.000 por mes. Estos cálculos implican un largo periodo de alto desempleo, y la necesidad de políticas de apoyo a aquellos sectores sobre los que descansa el grueso de su creación. Según la agencia gubernamental norteamericana SBA (Small Business Administration), el 64% de los empleos creados en los últimos 15 años corresponden a pequeñas empresas, que han sido a su vez las que han sufrido el 45% de los empleos destruidos durante la crisis.
Las nuevas medidas, fundamentalmente a través de estímulos fiscales, tienen a las pequeñas empresas por objeto, y el empleo como objetivo. Es este un segundo aspecto que hemos de considerar en la valoración de los méritos propios y no en los deméritos ajemos, la todavía incipiente y frágil, recuperación general del dólar.
Un resumen de este artículo fue publicado por el diario Cinco Días en http://www.cincodias.com/articulo/mercados/letra-maldita-crisis/20091222cdscdimer_6/cdsmer/
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