Dos ocupaciones recientes fuera de la actividad laboral directa, me han llamado la atención. Hace unos días hacía referencia a la X Conferencia Anual de Inversores de Bestinver, que llenaba hasta no caber un solo alma más, el Palacio de Congresos de la Castellana. Creí referir su modelo de inversión con admiración, pues ese es el caso. No lo entendió así un lector que sigue estas reflexiones, y que además de Técnico Comercial del Estado, ha presidido y aun lo hace, algunas de las más importantes empresas españolas. “No estoy de acuerdo con tu ácida crítica a Bestinver”. Realmente no estoy seguro de que me hablase en serio. Pero así son los Presidentes. Difíciles de interpretar.
La segunda, fue asistir a la proyección de Inside Job en un cine comercial. A pesar de ser un documental sobre finanzas, proyectado en versión original, y a primera hora de la tarde de un sábado, en la sala tampoco cabía un alma. Al finalizar, hubo aplausos, y el desconocido que tenía mi izquierda, me preguntó: “Las pistolas,…¿las venden al salir?”. Compartía perfectamente su ironía. Una larga lista de conocidas personalidades políticas y financieras desfilaba por el documental. Imposible quedarse al margen. Uno de los que más sorpresa me causó fue Frederic Mishkin, hasta agosto de 2008 miembro de la oficina de Gobernadores de la Reserva Federal, y actual profesor de la Columbia Business School. Era tan evidente su total desconcierto ante algunas preguntas, las referidas, por ejemplo, a su muy bien pagado informe sobre la solidez del sistema financiero islandés, que muchos de los espectadores es seguro se preguntaban algo del tipo: “¿pero que hace ese hombre ahí?”. Otros no inspiraban igual compasión. Le recomienda Vicenç Navarro, Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra al director de Fedea que vea este documental en el que “se muestra como Wall Street intentó exitosamente configurar el pensamiento económico dominante en los mayores centros académicos de EE.UU.” Para acabar afirmando: “Lo mismo ocurre en España”.
Hace más de dos años, una revista de pensamiento me invitó a escribir un artículo sobre el papel de los derivados en la crisis. En las conclusiones acababa manifestando que se estaba dibujando un desdoblamiento del sistema financiero para constituir un núcleo duro que “tenga por objeto servir a empresas y familias” y otro al que Paul Volcker, ex presidente de la Reserva Federal, denominó capital market system. Han pasado dos años, y la conclusión ha quedado en evidencia como un error. La realidad es que el sistema financiero está cada vez más concentrando, e incluso trata de salir de sus propias fronteras para cooptar a independientes que actúen secretamente como prescriptores de sus productos. Imagine a cambio de que. No, al menos en esto, las cosas no van como deberían. Quizá que es por eso que cada día es mayor la demanda de oro y menor la de dólar. Y el discurso del Presidente Obama tras el acuerdo presupuestario del sábado, no es precisamente el lugar donde uno puede encontrar consuelo. Como tampoco parece haberlo encontrado el dólar. Mantengamos por tanto la guardia en alto.